El domingo fue noticia el inicio de la elaboración en esta ciudad de máscaras faciales para el personal sanitario y de seguridad. La producción se lleva adelante en las instalaciones de la Escuela de Educación Técnica N° 1 con impresoras 3D, dos propiedad de dicho establecimiento, y una tercera aportada por la Escuela de Educación Agraria. El martes hablamos al respecto con el director de la Técnica, profesor Mauro Palacios.
“El proyecto lo tomamos el día sábado, cuando nos llegaron unos archivos y la Municipalidad nos contactó para ver si poníamos esto en marcha. El domingo hicimos la primera prueba, salió bien, y a partir de ahí estuvimos el resto del domingo y todo el lunes en fase de calibración. No son máquinas simples de manejar, pero una vez que se ponen a punto trabajan sin problemas; así fue como se preparó todo para que una sola persona pueda estar atendiendo permanentemente. Desde el martes comenzamos a manejarnos así, respetando de esta manera la cuarentena”, contó y enfatizó sobre el último punto: “una sola persona es la encargada de controlar el proceso de impresión”.
“La Escuela Agrícola también colabora en este proyecto y el mismo día domingo nos acercó una de las máquinas que poseen para centralizar todo el proceso en la Escuela Técnica. También hay gente que desde su casa está apoyando y haciendo mascarillas”, destacó a continuación.
Lo que se imprime son “los aros que sostienen la máscara en sí -que es un acetato que cumple con la función de proteger la cara de quien la use-. La mascarilla se completa con un elástico, que hace de sostén y la fija a la cabeza del usuario. Nosotros también tenemos el acetato, por lo que lo vamos cortando y las entregamos prácticamente armadas en su totalidad”.
El martes 24 se entregaron las primeras 30 mascarillas al Hospital y así se seguirá haciendo conforme avance la producción. “También entregamos a la Policía, a todos los que están haciendo controles”, sostuvo. “Es un proceso muy lento, que vamos optimizando, pero sigue siendo lento, a la velocidad que puede andar la máquina para hacer un trabajo presentable”, puntualizó Palacios.
Las impresoras están activas, produciendo las mascarillas desde las 8 de la mañana hasta las 20 horas. “Luego se paran para ventilar el lugar, desinfectar y dejar que las máquinas descansen. En total son tres las máquinas, dos de la Escuela Técnica (una comprada por la Asociación Cooperadora del establecimiento y otra provista por el Ministerio), y la restante aportada por la Escuela Agrotécnica”, se explayó.
El material lo proveerá la Municipalidad; las primeras mascarillas que se confeccionaron se hicieron con material que las escuelas tenían disponible para diseñar los años y con el acetato provisto por el municipio.
El domingo se llevó adelante la fase de calibración. A partir de allí una sola persona controla el proceso de producción.
