María Victoria Flores en una bolivarense radicada hace muchos años en Oxford, Reino Unido. Investigadora en la industria farmacéutica, desarrolla allí su vida junto a su esposo, profesor universitario en aquel país.
Desde su lugar de residencia escribió para nosotros, a través de las redes sociales, para contar cómo se desarrolla la vida allí, en tiempo de coronavirus.
“Queríamos compartir lo que pasa en Oxford, Inglaterra, donde nosotros vivimos.
El Reino Unido está detrás de otros países de Europa en términos de números de casos de Coronavirus detectados, y por lo tanto también de medidas precautorias para evitar contagio. Solo ayer, viernes 20 de Marzo, se tomó la decisión de suspender las clases en escuelas y de cancelar indefinidamente las actividades de pubs, restaurantes y comercios (excepto los de venta de alimentos y medicamentos), pero todavía no se ha declarado cuarentena general para el país como en otros lugares.
“Como familia, estamos tratando de hacer todo lo posible para prevenir el contagio dentro de nuestro núcleo y en nuestro círculo social en general. Mi esposo y yo estamos trabajando desde casa, intentando mantener la mayor distancia social posible, y saliendo de casa solo para las actividades esenciales. Mi hija continúa con sus tareas de la escuela, pero desde casa, usando la tecnología disponible para mantener su educación, y usando material suministrado por la escuela a través de herramientas en la web. Por la primera vez en la historia del país se cancelaron los exámenes finales de las escuelas secundarias, algo que ni siquiera ocurrió durante la guerra.
“Sólo en los últimos días la gente comenzó a tomar conciencia colectiva de lo que hay que hacer. En general la vida se siente extraña y surrealista, como viviendo en una película del futuro: la gente mantiene los 2 metros de distancia prudencial; en el supermercado, góndola tras góndola vacía, y gente comprando productos que tal vez no sean necesarios. Las ciudades están semi-vacías y silenciosas.
“La situación es relativamente similar a la de otros países, incluyendo Argentina. Para Gran Bretaña es una carga más, agregada a la ya incertidumbre causada por la decisión de separarse de la Unión Europea.
“Se predice que la intensidad de la epidemia bajará a niveles manejables en 12 semanas, pero el cambio social y el impacto económico seguramente permanecerán, como en otros países, por un tiempo más largo”.
