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Denuncian a médicos y enfermeros del hospital por la muerte de una mujer

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Aducen demoras injustificadas, ausencia de profesionales de guardia, prácticas dudosas y malos tratos.

Durante la jornada de hoy se viralizó en redes sociales un posteo efectuado en su sitio de Facebook por Matías Gajate, policía, mecánico y hombre del deporte automotor de nuestra ciudad. En el mismo formula una dura denuncia pública que pone en tela de juicio el comportamiento profesional de médicos y enfermeros del Hospital Capredoni, en el marco de la atención recibida allí por su suegra, Rosana Godoy, que derivó lamentablemente en su fallecimiento ocurrido el martes que pasó.

 

Consultado por este medio al respecto, Gajate ratificó sus dichos en redes sociales e informó que la denuncia ya tomó estado judicial con intervención de la UFI 15 de esta ciudad donde, tras la correspondiente exposición ante la Comisaría, se abrió una causa por “Averiguación de causales de muerte”.

Gajate recibió a la mañana a última hora de la tarde en su taller de la calle Balcarce y allí se explayó casi sin necesidad de preguntas:

“Mi suegra era paciente oncológica. Fue operada en la ciudad de La Plata en marzo de 2019 de un tumor intestinal. Había sido derivada por el Dr. Condado hacia La Plata. Le extirparon ese tumor pero le detectaron una pequeña metástasis en el hígado. Se iba a operar también de esa metástasis, pero los médicos aconsejaron esperar por si se agrandaba y mientras tanto le indicaron controles mensuales. No hizo falta ni rayos ni quimioterapia, sólo debía tomar unas píldoras. Precisamente por esos controles indicados el viernes 30 de octubre le hicieron una tomografía computada aquí, en Bolívar, se enviaron todos esos estudios a La Plata y allí determinaron que no había cambios de ningún tipo. Que todo estaba igual. Fue una gran alegría para todos.

 

“El viernes que pasó (6 de noviembre) a la noche se descompuso. Estaba con vómitos y fiebre. Mi suegro la llevó al hospital a la mañana siguiente. La derivaron a la Guardia de COVID (Neumonología) donde la hisoparon y le enviaron de vuelta a su casa. Es lo único que le hicieron, respecto a sus síntomas no hicieron nada. El hisopado dio negativo; poro a las 6 y media de la tarde seguía con el mismo cuadro anterior, o sea con vómitos y fiebre por lo que la vuelve a llevar a la guardia del hospital. Allí la reciben y la vuelven a enviar a la de neumonología a pesar de ella les informó que el hisopado ya estaba hecho y que había dado negativo. Allí, un médico de esa guardia, luego de más de una hora de espera, hace un informe y lo envía a la Guardia General para que la atiendan. De vuelta en General la atienden, le hacen una placa y análisis. Para esto eran las 20 horas. Dos horas después sale el médico e informa que tenía una obstrucción intestinal y una metástasis de hígado, cosa que ya sabíamos. Queda internada y nos informan que la van a medicar para tratar de desobstruir el intestino de esa manera. Llamaron al gastroenterólogo de guardia y no lo pudieron encontrar hasta el día siguiente (domingo). En realidad el domingo tampoco lo podían ubicar y entonces yo llamé a una persona conocida dentro de la Municipalidad quien algo debe haber hecho al respecto porque al medio día apareció el médico quien hizo algunas prácticas en el intestino y mi suegra se recuperó. Era otra persona. Para las 3 de la tarde del domingo estaba realmente muy bien. Tanto que le dijeron que la iban a dejar internada y que, si todo seguía bien, al día siguiente le iban a hacer una tomografía y le darían el alta.

 

“A las 7 de la mañana del lunes se despierta con dolores en la nuca y en la cabeza. Llamó a una enferemera quien dijo que iba a consultar y luego le informó que era un tema de las vértebras cervicales. No sabemos quién se lo dijo, porque la médica que debía estar de guardia no estaba. Era el Día del Empleado Municipal, pero entiendo que eso no tiene nada que ver con su ausencia. Lo cierto es que no apareció en todo el día e igualmente a mi suegra la inyectaron dos o tres veces por el presunto tema de las cervicales. Pero estaba cada vez peor”.

 

En este punto Matías Gajate dice que su suegra desmejoraba minuto a minuto. Se la notaba nerviosa, tensa, inconexa, perdida. “Como a las 2 de la tarde mi cuñada buscó a alguien en la cocina, porque en el lugar de enfermería no había nadie y allí la trataron muy mal. Una enfermera le dijo que tenía que quedarse acostada y no molestar más. Luego fue a la habitación y se lo dijo a mi suegra, también en malos modos. Para las 7 de la tarde ya no reconocía bien a las personas. De modo que nuevamente fueron a enfermería a reclamar, ya más enfáticamente que aparezca de una buena vez la médica de guardia, que llegó a las 20 horas. Sacó a todos afuera de la habitación y estuvo con mi suegra unos 20 minutos, quizás media hora. Cuando salió informó que podía estar sucediendo una de estas tres cosas: una especie de regresión de un cuadro de ACV que sufrió hace 8 años; que le haya hecho mal algún medicamento suministrado en el hospital o que esté en momentos previos a un nuevo ACV.

 

“A pesar de que le informamos que hacía 12 horas que estábamos en esa situación, y a pesar de pode estar en las puertas de un ACV, la médica dijo que le iban a hacer una tomografía a la mañana siguiente.  También dijo que ya se había tranquilizado. Efectivamente, cuando ingresaron a la habitación estaba quieta en su cama y lo único que hacía es abrir los ojos. La verdad es que  no sabemos qué le suministró, porque dudamos que se haya quedado tan tranquila como por arte de magia. A las 9 le dieron una pastilla molida en agua por vía oral, con una jeringa, para que duerma. Respiraba un poco mal, pero se durmió y a eso de las 4 de la mañana mi cuñada, que se había quedado con ella, notó que su respiración era muy baja. Encendió la luz y le vio una “baba” blanca que le caía de la boca. Llamó a las enfermeras quienes vinieron corriendo, le hicieron RCP, llamaron al médico de guardia, pero nada pudieron hacer. A los pocos minutos falleció.

 

“El médico que actuó en ese momento constató el deceso pero no lo firmó. El le pidió explicaciones a mi cuñada aduciendo que él estaba en la guardia y que no entendía nada de esta paciente. Se estableció como horario de la muerte las 4,58 aproximadamente, pero en el acta de defunción dice 5,30 de la madrugada y la firma una doctora que está en la parte de gastroenterología y deja constancia como causa de muerte un paro cardiorespiratorio ocasionado por metástasis de hígado. Eso es totalmente mentira, no es lo que pasó”.

 

Queriendo saber exactamente cuál fue la causa de su muerte, la familia de Rosana efectuó la denuncia con asesoramiento letrado. Para ello, como dijimos más arriba se dirigió a la Comisaría y allí le solicitaron el documento de la persona fallecida y el acta de defunción. Otro detalle que llamó a la sorpresa fue que, en la Cooperativa Eléctrica el acta de defunción no estaba y, a pesar de ello, la persona ya había sido sepultada. “Recién hoy, jueves, me entregaron el acta de defunción. Pensamos en su momento que se había hecho un acta provisoria o algo por el estilo, pero no. Sepultamos a mi suegra el martes y recién el jueves expidieron el acta donde consta exactamente como fecha de emisión el 12 de noviembre y fecha del óbito 10 de noviembre y con la firma de una doctora que no intervino, lo único que hizo fue llevarla a hacer la tomografía computada. Todo muy raro”.

 

“Queremos saber de qué murió mi suegra y qué le dio la doctora, que hizo abandono de persona durante todo el día y luego la atendió a las 7 de la tarde. Qué le puso para calmarla tan rápidamente”, sintetiza su intención Matías Gajate.

 

La Fiscalía ordenará en las próximas horas la exhumación del cadáver y la realización de la necropsia correspondiente.

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