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viernes, 19 de abril de 2024
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De esto y aquello: Nota 1487 – (4ª Época)

Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.

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Me decía una señora tirando a enojada pero sin llegar a ello, que en la columna anterior aventuraba el voto contra los actuales. En realidad no es la primera vez, ni será la última.  Pues por otra parte mientras ellos rompan la nación cualquiera puede o debería, decir que no les voten. Y así como ellos cacarean en distintas tonalidades y variaciones que se les vote o que lo de ellos es lo bueno, pues yo puedo urbi et orbe decir a quien votar o a quien no votar. Que es lo que se dice en la calle o en los medios. Y en definitiva lo tremendo no pasa por la opción de si yo acarreo sustancia a lo que me gusta o la quito de donde me disgusta; el problema, que se convierte en tétrico, es por qué hay argentinos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, que ayuden con su voto a romper Argentina. Me parece  de una endiablada insensatez dejarlo al garete sin plantearlo a mi manera.

Y para poner un simple ejemplo, le preguntaba a la señora si había pensado conociendo el paño local; antes de que el bali pegara portazo a sus mayores  ideológicos, bueno esto de ideología es para adornar, de cuando estaba con esa docena de veletas al mando de un economista sin fundamento nacional, que ya estuvo en lo alto y así estamos; porque tampoco fue capaz o no quiso planificar el desarrollo de la nación junto a sus muchachos; sin embargo, se esperaba dado lo menguado de votos buenos para que lado se iba el voto del convecino. Y le decía a esta señora si había tomado conciencia de lo grotesco que  supone esperar el voto para salvar la patria o hundirla del diputado de esta ciudad. Usted lector que ha visto tantas cosas nunca se planteó el hecho tremendo y esperpéntico de tener que esperar el voto de alguien que se pasa su vida política de tránsfuga. Y esperarlo para ver a qué lado se bandea la patria. Y digo este porque lo conocemos. Y por otra parte ya se bandeó otra vez. Hombre de ideas claras.

Y en consecuencia por qué no aclarar los rumbos de quienes cortan el bacalao. ¿Qué pecado hay en dar a luz lo que para algunos está oscuro? A Juan le han dado o le van a dar un colchón y lo ha tomado o lo tomará; pues muy bien, pero no los vote, porque le han humillado y se han acordado de él dos veces al año, cuando Juan pide y cuando ellos le dan a Juan. Lo correcto es salvar la dignidad. Pida trabajo; y en el pedido verá sus caras al descubierto.  A Pedro le han dado una chapa. Que se la lleve porque la necesita, pero no los vote. Su dignidad pasa por la traición. Y es muy pequeña al lado de las traiciones sucesivas y a diario de ellos. La eterna humillación por una chapa. Pida trabajo y sea digno. Porque usted quiere trabajar y no le dan trabajo. ¿Sus nietos por una chapa? ¿Sus nietos por un kilo de yerba? ¿Sus nietos por cortar la calle indicada? Pida y exija trabajo y no los vote, para que vayan sentando cabeza, de que su cabeza vale más.

Y tranquilo, que los que vengan, para empezar no serán perversos y también le darán el colchón y la chapa y el kilo de yerba y trabajo; porque ya no queda otro remedio que hacer la Argentina que está deshecha.  Y eso ha de ocurrir, ni bien Argentina sea conducida  por gente normal. Y para empezar hay que tener en cuenta el Congreso en el cual buscar la mayoría absoluta. Por lo tanto es hora de madurar para alejar a Maduro. Es hora que el argentino tome conciencia, lo que significa un cuarto de siglo en la vida de un país, en que Argentina ha sido relegada como si tal cosa con lo peor de la historia del país y como si nada hubiera ocurrido; que ahí estamos a fojas cero. Por lo tanto es hora de sentar cabeza política. Y esto no pasará votando al que da la chapa o el colchón o al que se acuerda del cable de alta tensión cuando hay que hacer carrera. Votar al capaz no necesita mucho entendimiento.

Argentina lleva un cuarto de siglo marcha atrás. Y no por ignorancia, sino adrede. Tampoco son muy lúcidos, pues la verdad son ineptos; y más lo son cuanto más hablan. Al punto, macabro, que ni siquiera  con tal de amedrantar y hundir a cada uno, han querido vacunar. Aunque, ya en la lejanía se han vacunado ellos y con la sputnik, que el único o uno de los pocos que la defendía, era el que escribe; y ahora resulta que espero la segunda y dicen que no hay, y por si fuera poco tampoco puedo ir a España porque el golpista niega  la entrada a quienes tienen la rusa. Justo quien no debiera estar por antiespañol niega la entrada a los demás. Y en España a estas gentes, se las señala como el kirchnerismo de Moncloa. Adonde se ha llegado. Y adonde se puede llegar si votan al sanchismo de la Rosada.

¿Y un Tribunal Russell para cuándo? Con lo interesante que sería, y además relativamente fácil; y sin duda contundente. Solo se necesitan agallas y valor para llevarlo a cabo, y datos que buena parte son del dominio público. Y si bien dicho tribunal a nadie puede llevar a la cárcel y tampoco  para este asunto interesa ese camino, a lo mejor si por datos vertidos; pero lo importante es retratar a cada uno como quien es. Y situar uno por uno en su sitio, y darles la pena ética y moral correspondiente. Para eso está dicho  Tribunal. Lo demás le corresponde a la Justicia. Y podría tomar cartas en el asunto al surgir apabullante gran cantidad de datos.  En suma una clase magistral de ética con lo que significa.

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