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miércoles, 24 de abril de 2024
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De esto y aquello

Por Felipe Martínez Pérez.

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Se ha llegado a tal extremo, inaudito y estupefaciente, que ya no queda nadie, incluida gente de la cámpora, aunque por bajeras, preguntándose cómo se ha llegado a esto. Un zafarrancho que se han propuesto continúe, pero peor. Son especialistas en construir altares sin santos.

¿Cómo puede ser? ¿Cómo es que estamos donde estamos? Y no hay que esforzarse en demasía para encontrar la respuesta, porque es facilísima, salta sola. Porque los buenos miraban para otro lado cuando los malos empezaban a romper y han continuado hasta hace un rato; pero lleva un cuarto de siglo. Y lo más curioso, como es habitual, que los buenos o casi buenos,están jugando a las escondidas entre ellos, cuando no dedicados a romper su propio futuro. Y es que no falla una, porque siempre alguien mueve los hilos.

Quien mueve los hilos del neurocirujano o quien mueve los hilos deMilei que desde el primer día los he visto como topos, y ahí están uno en las morisquetas y en Madrid con su gente, y el otro, en la metida de pata o quizás poniendo la pata, que desde inmemorial se llama zancadilla. Y escribía meses atrás que eran topos y como tal trabajan. Por supuesto que cualquiera puede dedicarse a la política, que así estamos, pero a romper lo poco que está más o menos construido que sería el radicalismo, y querer ser presidente desde el primer día sin ir a comprar las empanadas en el comité.

Como es de suyo. Y la gente, a la deriva de todos estos que desconocen la vela para orzar el viento. Y así como a Sancho le roban el asno dos veces, pues a los sanchos de hoy se lo roban de día y de noche, y ahora hasta les han robado el pienso. Y lo habitual, se han dado cuenta hace unos días, en un periquete sin asno sin pienso y con los bolsillos vacíos. Y recién al pensar con el bolsillo han tomado conciencia de sanchos, y de los límites entre el sueño y la vigilia.

De otra manera se hubieran calentado en el oportuno momento que fue hace un cuarto de siglo. Que día más día menos, un cuarto de siglo, alumbra trescientos meses, el tiempo de los fundamentos de cada individuo. Significa si te paras o no, o en el ocio eres feliz o infeliz o más o menos; pero lo tremendo y contundente es la cifra siguiente, causa pavor, porque tiene mucho peso. Porque el desastre existe en la vida de cualquier ciudadano tenga la edad que tenga durante nueve mil días.

Un treinta por ciento de la vida productiva. Hace muchas columnas que pongo está cuestión sobre el tapete, y gracias a que los radicales del interior del país lograron el éxito necesario, es que al menos los podemos ver en la total destrucción quemando sus últimos cartuchos, pero en la cartelera y en la codicia y en el improperio, aunque persiguiendo con la vaina; y eso les duele de verdad. Y gracias al interior, en el Congreso algo se puede hacer y ha permitido que no llegáramos a Venezuela, cuando ya revoloteábamos el Amazonas.

Y ya que sale ese país, no como ha sido sino en lo que ha quedado convertido, con lo cual quiero abrir ojos, al decir que si en democracia o cuasi democracia tenemos lo que tenemos, basta con imaginar lo que no ha sido. Esto es solo un gran incordio comparado con la sangre. Y últimamente el miedo les corroe las entrañas al punto que no saben que decir seriamente, mientrasdan cuerda al caos bien fabricado para que no pare. Que es una manera deleznable de salvarse ellos. Y está todo tan pisoteado que algunos con la contra de otros esperan dolarizar la economía ya que no han sabido mantener el peso que, en realidad define a la nación. Y si es bueno dolarizar, que lo lleve a la práctica algún pragmático.

De todas maneras hace años que todo está dolarizado, Los artículos importantes se pagan en dólares y el que no los tiene, multiplica. No sé si está bien o mal. Es probable que esté bien, aunque muchísimos quedarían con la espalda al aire. Pero en tal caso hay que analizar, y ver que ello significa que en el último cuarto de siglo no han existido los políticos nacionales. ¡Qué triste, verdad! Y yendo más lejos también el país podría andar con un triunvirato de pragmáticos y hasta andar a buen paso.

Y las Cámaras dedicarse a promocionar plazas patinetas bicisendas y otras chorradas que tanto gustan a las democracias de hoy. Pero el peso es como la bandera, De todas maneras siempre se cae en lo ya hecho, aunque a medias como siempre. Allí en la lejanía, el llegado de la Nueva Rioja de todos los Santos plasmó algo por el estilo con el uno a uno, y así quedó media Argentina. Porque a los de la Matanza y las inconmensurables matanzas que crecen a diario, tanto les va San Martín o Washington.

En una palabra, esta disyuntiva desnuda la total impericia de todos los argentinos que se sientan en la Cámaras nacionales o provinciales o municipales. Desnuda que ninguno ha servido para lo que estaba llamado, atender a la patria. En este caso con el peso. Lo demás que le vayan a cantar a Gardel. Porque a lo largo de los años no queda un solo político sin importar nivel que no tenga dólares a la vez que la casi totalidad de los argentinos no tiene uno.

Y una señora con gafas me pide las frases de Perón de 1954, porque este diario se quedó sin tinta arriba a la derecha y aprovecho para alentar a los peronistas a huir de los truchos, porque“los padres y los maestros deben formar inteligencia y el alma de los niños”, y “armar a los hombres del futuro con bondad más que con sabiduría”. Distinto al gabinetillo que fabrica pobres Premium a diario; y tontos a raudales en cadena.

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