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jueves, 18 de abril de 2024
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De esto y aquello

Por Felipe Martínez Pérez.

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En un país donde la mayoría de los políticos se han convertido en casta y la que ya era casta es más casta que nunca, pero a su vez contradiciendo al vocablo, más pecadora y soberbia que nunca, no se puede esperar mucho, a la vista los resultados desde el último cuarto de siglo que Argentina se vio invadida y por el voto, las cosas como son, por esta caterva de inoperantes. O quizás de perversos operantes del destrozo. Es todo tan terrible que lo único que se hace bien, aunque sea también contradictorio, pasa por el meridiano de tomarlos a risa, como si de un chiste se tratara y reírse de las chorradas cotidianas mientras no dejan vivir. Pues la verdad es que se puede reír a cada rato escuchando radio o leyendo la prensa, porque nunca se han visto tal cantidad de chistes, y a pesar de todo, de excelente calidad. Todo con estas gentecillas es para llorar; y sin embargo se termina riendo.

Un desgobierno para la risa mientras el país se cae a pedazos en serio. Y se ha llegado a tal extremo que solo da para reírse. O sea, que todo es lúgubre, deprimente, y los argentinos que no dejan de pensar hasta cuando han de aguantar, porque no saben el tiempo, pero sí que tienen que aguantar. Y solo aguantan y aguantan y aguantan ellos, los malos, y todo porque se les antoja a los buenos no usar las herramientas que otorga la Constitución.

Es asombroso, en el fondo nadie quiere hacerse con la papa que quema y como otras veces que el mal ha sido pues ahora cuando explote y aún sin explotar el que trabaja que se joda. Que esa es la palabreja que ellos usan, para eso no han votado. O sea, lo de siempre y donde te descuides ante el panorama tan oscuro se dan luz aumentándose el sueldo.

De lo único que están seguros que solo saben y de forma excelente romper lo que tocan; y para peor asidos a un modelo o proyecto que consiste en echar el país a los cuervos, con perdón de los cuervos, lo único que se mueve es el dólar que siempre coincide con lo peor y el país arrasado y pobre y curiosamente más ricos los que fabrican pobres. No hay cosa que más les guste que mover el dólar para que todo ande peor y les sale de maravilla. Desconozco cual corre más en este aciago momento si la máquina de hacer dinero o la de hacer pobres. O quizás he caído en una redundancia. Y por si no bastare han dado portada a un triunvirato de tres iguales. En realidad los triunviratos son de tres distintos o con ideas al menos para consensuar.

Sin embargo, se juntan tres para la galería y se pelean porque los tres quieren ser uno o quizás una. Han llegado a tal extremo mostrenco que el trío ya nace abortado, porque son los mismos que todo lo han roto y por otra parte no se hacen cargo y llevan un cuarto de siglo.

Veinticinco añitos que reinan y destrozan.Y por lo tanto por más que se unan y reúnan es imposible que salga algo porque la foto está muy vista. Además no consultan con nadie porque en una de esas alguien les da algún dato de importancia que permita salir; y salen reprobados porque se trata de romper y lo están haciendo muy bien. Un triunvirato y en una de esas se creen patriotas.Sin embargo acorralados por ellos mismos sin rumbo y esperando el cataclismo pues no quieren arreglarlo, salvo, si pueden desarreglar la justicia para sobrevivir incólumes; y en una de esas, porque se da mucho por estas pampas, quedar, por lo menos como un héroe griego.

O sea, otro chiste para reír. Y la justicia de verdad, que no activa el reverso del chiste, y al menos terminaría una época, y el género nefasto de la época; porque esto debe ser una cuestión de género.Pero de percal. Y empezar a trabajar y crecer, que de eso se trata; trabajar, pero en un buen ambiente, no el perverso impuesto donde no se puede trabajar porque odian el trabajo; y por ende le han quitado y extirpadolo que lo sustenta, que no es otra sustancia que el mérito. Porque se les da en las narices que el mérito no es importante, según el manual de tontos donde también caen. Porque además del mérito, el trabajo insufla dignidad, pero curiosamente entre gentes con ausencia de dignidad es lógico que lo expolien del trabajo. Pero son indignos. Indignos de esta sociedad y de la patria. Y no cesará mientras nadie cambie el timón.

Y además, hasta podría suceder, dado el género que impera,y como se visualiza el cotarro que podría suceder que la patria ni siquiera les demande algo. Y todo quede en la nada. Como hace un cuarto de siglo. Porque hay días que parece una cosa y otro día cambia para otro lado que lo que está a la orden del día, por otra parte, usados por demás, son los corrimientos políticos y justicieros. Demasiados veletas por la patria.Así, que a esforzarse los buenos que queda poco tiempo. Que ellos, el pequeño grupo, se esfuerzan en confundir la realidad, y tienen experiencia y hasta ahora les ha ido bien. Que ya se ha escrito que hace sol y ellos dicen que llueve y la gente sale con paraguas. Pero la oposición, al parecer, y así se la ve, la única mirada que sostienen por el momento es la dirigida a sus respectivos ombligos; y lo curioso es que parece se dan por satisfechos y no se sienten aludidos. Es cierto que cada tanto la media docena de radicales dice cosas de peso, pero se olvidan y hay que pisar más fuerte. Y no hay que olvidar que la mayor parte de lo malo es porque los buenos miran para otro lado.

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