Por el Dr. Felipe Martínez Pérez
Parece mentira que después de siglos sin peste aparezca una -con avisoen el momento en que en gran parte de los países padecen los peores políticos de su historia;y que en buena parte de ellos andan atrás de sus propias poblaciones dividiéndolas hasta el paroxismo y con abultados orgasmos, ante cada desencuentro o batalla ganada; porque a su vez acaecen poblaciones sin cerebrocomo nunca en la historia; pues a partir de los setenta que se inicia el derribo con el montoneraje y otras gaitas. Gentes a las que le dicen que hay que tirar a Colón y lo hacen, porque no saben para empezar de donde vienen y en consecuencia, no saben ni quien es el navegante ni que fundamentos aportó al mundo.
Y no deja de ser asombroso y tétrico que quienes más lo odian son quienes han cruzado el Atlántico para vivir mejor, casi siempre con su trabajo, hasta el punto de ser hacedores de sus respectivos países de adopción. Qué políticas argentinas odien a Colón con los apellidos que cargan o que políticos estadounidenses anden plasmando el mapa de estatuas de Colón a tirar.
Es patético. Desconozco si el lector se acuerda del nefasto presidente español rodríguez zapatero, pues a ese y los podemitos se les ha metido en la cabeza con buenos dineros caraqueños hacer de EEUU un tembladeral. Por aquí ya lo estamos. Lo han dicho. Como para no tirarabajo lo que pisamos si a diario nos pisan. Y es lógico que estos países que no aman su pasado, carguen su incapacidad para el presente.
Y en tal caso el covid ha caído en las peores manos y en los cerebros más ineptos. Solo saben decir que los viejos tienen que estar adentro cuando deberían estar afuera bien abrigados y con barbijo.
Por ejemplo. Pretenden cuidarlos pero los descuidan. Sin embargo, para algunos y algunas un viejo es sinónimo de contagio. Sinónimo de virus. Quése puede esperar de los ministros de sanidad de las respectivas provincias, salvo tres o cuatro, que se tiran los muertos a la cara. Que ese es tuyo, no que no es mío. Qué ha hecho por la provincia el kicillof un inepto que no sabe hablar y que en el Congreso ya debería ser enjuiciado por el maltrato de la pandemia.Porque lo que ha hecho es no haber hecho hace tres meses lo que debió haber hecho. Test y más test. Sin embargo, trotando a deshora. Y buena parte de las camas de la capital ocupadas por la provincia.
Pues bien, tremendo asunto desvelado.Que no ganamos para sustos. Ahora de improviso resulta que el bali es culpable de la pandemia. Y no lo digo yo, porque no me atrevería a decir tal cosa, es decir tal necedad. Sin embargo, lo ha dicho el presidente y cohorte, al echar la culpa de todo, hasta de los muertos, a los runner que primero les dijeron que salieran para poder decirles que son culpables, que es lo que estaban esperando. Es de tal patetismo que significa que por los altos de la patria no saben por dónde les da el aire. Y en consecuencia no saben gobernar. Y que rizando el rizo para andar por el aire se alegren de que se vaya LATAM y como es de suyo quieran quedarse con los aviones. También se quieren quedar con más trozos de jubilados. ¡Cómo los odian!
Mi cálculo entre estos y los otros y los más lejanos que sumarían sesenta años, es que los ciudadanos han tenido que afrontar múltiples crisis, de las cuales si han logrado salir, ha sido con el ala rota. Pero lo perdido, perdido está; y mi cálculo viene a decir que a cualquier hombre o mujer que hoy pasa los sesenta y cinco años, los distintos desgobiernos desde el expolio al país de Illia,leshan hurtado más de un treinta por ciento de su vida; en uno de los países más ricos de la tierra. Siempre han vivido mal y ahora continuarán en lo mismo, incluidos los camporitas que tampoco tendrán un buen futuro porque tarde o temprano cambiará el futuro. En consecuencia ya he escrito hace dos meses que esto no es para un partido solo y sin adjetivos, sino para por lo menos un triunvirato de gente de peso en quienes recaiga el peso de la patria. Este desmadre no da para más. Esta blasfemia a la nación no es para soberbios desmañados. Y para más inri, hablan de Belgrano y se asustan cuando ven más de dos banderas juntas.
Pero mientras tanto el marquitos que es de la cámpora desde el primer día o antes, debería subir hasta sus superiores y decirles que conoce al amigo y diputado y que no tiene nada que ver con la pandemia más allá de no calentarse por ella, pues no hace cuarentena luego de sus viajes, supongo que por la premura patriótica, sale a correr fuera de hora, le da por las fiestas cumpleañeras en nocturnidad, y al cabo de tanta alegría se pasaron de ruidos. En una palabra, se creen por encima de todos. Si las quintas bolivarenses hablarán…
Pero no caigamos en la chorrada de que son los que corren los causantes de semejante mal. Y el mal sería en todo caso para ellos si andan como debería ser con barbijo. Por aquello del anhídrido carbónico.
Qué casualidad que ahora que les está dando por romper a cualquier costo el pasado de los pueblos, a su vez se maltrata a los viejos hasta matarlos si se presenta la ocasión, como única manera de hacerle frente a la memoria. Son los viejos de más de sesenta los que saben quién era Colón o Sarmiento o Roca o El Cano o miles más. Y recuerden los ineptos, que tanto Perón como Irigoyen jamás atentaron contra el pasado. Supongo que los conocen. Y si matamos la memoria, el mundo será de los inmorales que se extienden; y papita para el loro, que por ahí marcha el mundo.
