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jueves, 25 de abril de 2024
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De esto y aquello

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Por el Dr. Felipe Martínez Pérez

Al fin y al cabo,es común suceda lo de siempre, cuando no se hace lo que desde siempre se ha hecho o debiera hacerse, porque no hay que ser muy perspicaz para saber quesi dejas pasar de largo la ya vieja y famosa advertencia,de que primero irán por los unos,  a poco se ha de  ver que van por los otros, y tarde o temprano vendrán por ti y a paso redoblado. No hay que pensar mucho.De manera que a este paso se puede apreciar cómo marcha la actualidad y los hechos que genera. O mejor dicho que generan sus dirigentes muchas veces sin razón ni justicia; ni justificada. O sea que al cabo la violencia se posesiona de la sociedad o de parte de ella, aunque la violencia contra una parte, es la violencia contra la totalidad, y en ella están los unos y los otros y se hunde  de forma contigua aunque parezca que uno no se hunde; y parezca que es muy poco lo que sucede o que son casos aislados.

Pero sin embargo, son buena parte de las instituciones y colectivos es decir sus hombres y sus mujeres y en definitiva se atenta contra la familia puntal de la sociedad no en vano desde hace no muchos años se atenta contra ella con enfrentamientos, que a no poder sentarse juntos a la misma mesa, que es la de siempre, pero no los de siempre, graciasa los desasosiegos que acaecen al paso alegre de los avispados políticos, lo único edificado con buenos cimientos es la grieta.Si es que la grieta puede tener cimientos. Pues más bien es un vacío acechante que atrae al enfrentamiento a todos. Unos y otros. Y hablando de todo un poco, ¿de qué se ríen en las fotos?

Y se meterán con el que haga falta cuando haga falta. Y ahí está los jueces que durante años no han sabido servir a la justicia, ahora se van o les dicen que se vayan y se da paso a la injusticia; pero tarde o temprano también irán contra ellos, más que con ellos. Porque tarde o temprano se ha de terminar el social desasosiego.Y la Suprema deberá andar con cuidado  cuidándonos a nosotros, sin descuidarse ellos. Porque a decir verdad en Argentina no se está jugando un partido de tejo. Y deberían darse cuenta los del palo oficial que también se hundirán aunque los de enfrente sean los primeros.Mucha chapuza en la práctica, que por más que aparezcan frases casi hechas se afirman como mal hechas. La práctica las rechaza.

Se ve a las claras luego de tanto inauguración de sesiones por todo el país que salvo honrosas excepciones no quieren pasar a la posteridad como salvadores de la nación sino que prefieren se acuerden de lo mal que están haciendo todo desde hace seis meses cuando ya sabían de que iba la cosa o la res pública; y estaban felicísimos luego de haberse repartido los miles y miles de millones de dólares pedidos para levantar la nación. Que al cabo se levantaron todos ellos. Borrachos de placer comprando dólares al mejor postor, que se podría decir robándolos gracias a esos pases mágicos que por estas pampas llegan de manos de los subsiguientes economistas.  Que por supuesto son los únicos que no saben nada de economía. Hace un tiempo escribía que mejor sería alquilar un premio Nobel o en su defecto llevar a tres o cuatro obreros sin sindicato y darles poder.

Y ahora resulta o al menos es lo que resalta del anodino discurso, que la fiesta es de ellos y la cuenta se pasa a los que trabajan mientras las cámaras y las oficinas se llenan de parásitos que ninguno aprobaría un examen de barrendero ni los otros, tres o cuatro preguntas de historia y geografía, pero curiosamente mandan y por carácter democrático; que hay que joderse.Votar para que te rompan la cabeza es cosa de las democracias al uso de hoy.Y se llega al tremendo extremo que por dos votos se está rompiendo España y por un voto se piensa hacer una Venezuela de esta Argentina. Aquí y allí se trata de los mismos que acceden a nombres distintos pero son calcados; y se juegan unas tapas por ver dónde salió el invento. Si del país caribeño o el pampeano; ahora bien, las cosas como son,  la península lucha por liderar el caos con Sánchez como tambor mayor.

Y lo tremendo pasa por el hecho curioso de que se vota, consciente y sin conciencia, al que te va a romper el futuro y el bolsillo; y sin embargo, siguen votando y no se les ocurre por ejemplo votar en blanco y exigir que a tal cantidad de blancos corresponde una banca. Y verían con sorpresa las bancas vacías  y la cosa pública mejor enderezada. Los tiempos que corren  por los países en vías de desarrollo es que los políticos en su mayoría no se han desarrollado para cuidar a la patria, pero si hacen bien las cuentas para su bolsillo. Son los políticos los que más ganan en el país, y sin mucho esfuerzo los pocos, y ninguno los muchos.

Y cuando les parece se aumentan sin rubor alguno unos cuantos miles, a la vez que vociferan que los que trabajan no son solidarios. Mientras a ellos les importa tres pimientos la solidaridad. Que hay que tener cara de cemento. Y andan enfrentándose  por costumbre. Es lo único que saben hacer. La verdad que al anterior, los posteriores deberían elevarle un monumento por no hacer uso de las cárceles y por la almoneda pública de los miles de millones de dólares que ahora son solo deuda pública, pero danzan por los bolsillos de los ampliamente conocidos más algún extranjero; que huelen los aromas de lo verde. Pero la culpa es del otro, cuando la tierra arrasada, son las arrasadas cabezas que para poco sirven y sobre todo nulas para la patria.

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