Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.
Parece que todavía la dirigencia, la que he dado en llamar, buena, no se ha dado cuenta, que la otra, la dirigencia mala, venían a romper; y al parecer, todavía no han terminado. Parece mentira que durante un cuarto de siglo no se hayan dado cuenta que eso es lo que hacían y harán, hasta un ratito antes de las elecciones; y será la desgracia de todos, incluidos ellos, aunque no se lo crean, pero todavía falta más de un mes, y no se sabe, lo que ellos nos tienen preparado. Ellos son muy de regalar, claro, que siempre con lo ajeno; por lo tanto es casi lógico esperar que lo último sea propio. Como un buen regalo de despedida, para lo cual excelentes reposteros. Y lo curioso, pasa por el meridiano de que, curiosamente, todos sigamos esperando que esto se caiga; cuando por desgracia, ya está caído.
En consecuencia, mal no estaría que cuatro o cinco radicales, y otros tantos peronistas de los buenos, que alguno ha de quedar, y alguno más de lo que queda del arco político, se sienten y exijan que no se toque más lo que queda. Y que los mismos ahí sentados le harán juicio al inicio de lo que vendrá. Mal no estaría que probarán y hasta aquí hemos llegado. También y dado que no hay presidente se podría armar un triunvirato hasta diciembre, después de todo así empezó esta nación; y empezando estamos de alguna manera.
Porque con todo este desastre faltaría que ganara el Milei y así tiraríamos para adelante pero tirando abajo. Cosa de no terminar. Es como si estuvieran esperando a los fusiles y las marchas.
Porque está todo tan destartalado y sobre todo en los cerebros de casi todos, que a todos les ha dado por prometer con la seguridad, con la educación, con la salud y hasta con la generación de empleo. Y al hilo de lo anterior cuantos años hace que no hay empleo, que no hay un metro de carreteras, que no hay fábricas, que nadie habla de los ferrocarriles, y que no se construyen cuatro casas al año; y buena parte de las edificadas se las quedan ellos por sorteo. Y sin embargo, ahora prometen lo que no han querido hacer. Y de ganar es casi seguro que tampoco lo harían; para el kirchnerismo los pobres son su propia vida. Sin pobres están muertos, y en tal caso mejor que abunden y en eso están y continuarán; si Argentina tiene mala suerte.
Y que aunque parezca mentira lleva un cuarto de siglo, y de lo último bueno -Illia- han pasado tres cuartos de siglo y si a eso le seguimos para atrás y el peronismo llevamos un siglo sin hacer nada, pero nada, UN SIGLO SIN HACER NADA GRANDE.Y si continuamos para atrás lo último grande, fue la dupla Sarmiento y Roca y los miles y miles de españoles, italianos, franceses, portugueses, alemanes, rusos, árabes y todos los demás que encontraron lo que estaba escrito por los primeros, para hacer una gran nación con sus trabajos; que, curiosamente, la harían bosta los nietos y biznietos de todos los arriba nombrados. Y persisten en permanecer, aunque con otro disfraz para continuar con lo mismo, o sea, que todo cambie para que todo siga igual, que dijo famoso italiano. Y para estar a tono, un español, de los grandes, antes de despedirse, les dijo argentinos a las cosas y ha pasado un siglo y no lo entendieron, pues se han quedado con las cosas y hasta con buena parte de los dineros que piden al Fondo. ¡Qué se dice pronto!
Sin embargo, nunca está de más recordar que la suerte o la desgracia vadea mano de los argentinos.
Y ahí está la cosa. De los argentinos. Y machacan los actuales con ruindad, mientras los venideros que es de esperar lleguen y que así sea por obra y gracia de ellos. Ahora bien el problema es que el masa anuncia que va a hacer todo esto y más; y resulta que no ha hecho nada y está al mando de la flota. O sea, vomita un cambio de país, a conciencia que lo ha dejado sin nada que cambiar. Hay que ser maldito, y todos viéndolo pasar de un lado para otro sin siquiera dar aire. Por el otro lado, pero que curiosamente es el mismo lado, la señora dándole cuerda al Milei; mientras el país entero incluso buena parte del anti país esperan que no llegue. Aunque a decir verdad están tan desorientados que empiezan a pasarse al economista que no economiza ademanes pintorescos y trágicos, por lo tenaz de la terrible caricatura; y todos esperando que no llegue, salvo algunos que tienen la mente caída y no saben por dónde doblan las campanas. Algo que es muy importante.
Y el Massa te promete todo lo que no ha querido hacer más la destrucción a mansalva del estado que le sale de maravilla; y es a lo que habían venido. Un maestro que con seguridad es amigo del impresentable del magisterio. Pero es todo de pacotilla. Nadie crea que es Richelieu o el Conde Duque. Solo un advenedizo que se supone estadista. Al cabo te promete lo que quería llevar a cabo el único grande de los últimos tiempos que era de Córdoba y se llamaba Illia; y era colega. Y entonces mirado por la contracara este señor actual te promete lo que hace tres cuartos de siglo se está por hacer porque esta gentuza parece tonta pero no lo es, y saben que hay que hacer lo que no está hecho, porque en el cuarto de siglo no han querido hacerlo, pues el mandato era romper a conciencia el Estado. Y ahora no saben para donde patear, porque saben, que puede llegar cualquier juez argentino y se arma la podrida; y sería interesante que cómo ahora falta todo, después serían tantos para ir encana que faltaren las cárceles.