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viernes, 29 de marzo de 2024
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De artistas principales a parteneres

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El 2020 se perfila para ser en materia futbolística muy movido. A la no anunciada (pero sí confirmada) participación del Club Ciudad de Bolívar en el Torneo Regional Amateur se suma una LPF que apuntaría a ser inédita.

El liguista viene creciendo de manera exponencial en las últimas ediciones. Cada año se suman clubes, haciendo que el torneo en su edición 2019 contara con 21 equipos. Ese contexto se profundizará este año, ya que el Club Ciudad se sumará al campeonato y asoman otros conjuntos que también podrían hacerlo. Se trata de tres cuadros de la ciudad de Carlos Casares (Agropecuario, Argentina 78 y Atlético), que llevarían a la competencia al estratosférico número de 25 clubes. 

Es hora de comenzar a plantear interrogantes, ya que este contexto obligará a los organizadores del certamen a tomar decisiones importantes.

Fecha de inicio

Es fundamental que el torneo arranque lo antes posible. Ya no es viable que la competencia comience en el mes de abril. A las claras está que los tiempos son muy cortos y que en los últimos años el calendario quedó demasiado apretado (el torneo de Tercera se definió el sábado 4 de enero, cuando Estudiantes Unidos venció a Bancario). La Copa de Campeones no se deberá jugar, dándole paso a comienzo de la fase clasificatoria como más tardar en el mes de marzo.

¿El sistema de juego tie ne que cambiar?

Con el paso de los años el número de equipos que se sumaron al torneo desnudaron el problema que tiene el sistema de la LPF. El clasificatorio es una competencia que se extiende en la primera parte del año y que más tardar finaliza en el mes de septiembre. Del clasificatorio salen cuatro equipos por zona, los cuales nutren al Petit Torneo. El resto no podrá jugar hasta el próximo año, algo que no tiene que pasar más. Hoy (si se confirman las incorporaciones), sería inadmisible que 15 ó 16 equipos se queden sin competir tan rápido.

¿Se pierde competitividad?

En los pasillos de la LPF se escuchan rumores que indican el “malestar” de algunos dirigentes con la incorporación de clubes “semiprofesionales”. Eso extendería una grieta en cuanto a las aspiraciones de los equipos. Por un lado los de mayor billetera nutrirán sus planteles fuertemente para estirar la brecha que existe con otros cuadros. Los clubes de la Liga Deportiva, que en su mayoría se sostienen con franciscanos recursos económicos pasarían a ser protagonistas secundarios en este nuevo contexto.

¿A la LPF le conviene esta masividad?

Para tener bien controlado el torneo, los dirigentes del liguista saben que una apertura no les es conveniente. Con más actores y sobre todo, equipos de peso, las exigencias pasarán a ser mayores. El tema arbitral será una de las cuestiones a tocar.

El futuro se muestra muy próspero en cuanto a cantidad de equipos. Esa sobrepoblación es importante para el poderío de la liga, pero atenta directamente con los clubes que hacen un gran esfuerzo para poder competir. Los paralelos tendrán por un lado a los que con recursos de sobra mantendrán la estructura y por otro a los que juntarán con un gran esfuerzo lo que se necesite para pertenecer. De sumarse los clubes de Carlos Casares, el valor del transporte para ir a competir será otro de los enormes escollos que se encontrarán los más pobres. Es un momento crucial para definir el futuro, aceptar el contexto y seguir gastando para sólo competir o buscar otras opciones (participar de otro torneo), en el caso que se vuelva insostenible. A pesar de las vicisitudes, el debate es saludable ya que marca que el fútbol en Bolívar está más vivo que nunca.

                                 P.L.P.

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