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Correr: un fenómeno que superó la moda para convertirse en un hábito saludable

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Abre un cajón y elige una remera; busca el short; se los pone; luego las medias y las zapatillas; ajusta los cordones; elige la música en el celular y lo inserta en el brazalete; abre la puerta y sale a la calle. Esta secuencia, detalles más o menos, se repite miles de veces por día, a todas horas, en todo el país. Los runners invadieron Argentina para quedarse.

“El boom del running estalló en Argentina a finales de los 90, principios de los 2000. Y ya a mediados de los 2000 se convirtió en algo muy muy masivo”, afirma Luciano Mayorga, conocido en el ambiente como Lucho Runner y creador del programa de radio pionero de la temática, Locos por Correr.

“El running como fenómeno de masas nació en Estados Unidos en la segunda mitad de la década de los 70”, continúa Mayorga. Y agrega: “Estados Unidos es el gran precursor y todas las cosas que fueron pasando con esto del running pasaron por lo general primero allá y después se fue derramando a otros países hasta llegar a Latinoamérica. Todas las grandes maratones del mundo empezaron a surgir desde el 70 en adelante”.

“Acá en Argentina Hasta principios de los 80 el que corría en Argentina era rarísimo, un bicho extraño. Tardó mucho más en acomodarse acá. Lo que fue footing primero luego fue jogging y después avanzados los 90 se empezó a usar el término running. En ese momento empezó a tener más auge en Argentina. Estalla el boom acá a finales de los 90, principios de los 2000. Y ya a mediados de los 2000 se convirtió en algo muy muy masivo”, asegura “Lucho Runner”.

“Cada vez hay más gente”

Silvio Puente es maratonista y entrenador de corredores. Afirma que ve al atletismo “como una de las opciones más fáciles para comenzar, en el tema de actividad es lo mejor que hay para la salud, porque uno ya caminando hace una actividad. Cada vez hay más gente, porque se va generando más entusiasmo. También veo que hay mucha gente que lo hace por salud, porque el médico se lo recomendó. Otros llegan al atletismo porque hicieron algún deporte durante su vida como fútbol, tenis o básquet, y para dejar ese deporte y no romperse, hacen atletismo. Otras personas, también, lo hacen como terapia, yo creo el atletismo es muy bueno para la cabeza”.

Claro que no todas son rosas. Hay corredores que, según Silvio, terminan “volviéndose adictos: tenés adictos a los tiempos, a la ropa, al físico, a competir todos los fines de semana, al gimnasio, etcétera”. “Mi consejo -dice- es que disfruten que los resultados están cuando ves el arco de llegada, cuando te abrazás a la persona que amás, cuando llegás de la mano de tu hijo. Esas cosas son las más valiosas y trato de que los corredores lo vean de esa manera”.

El gran movimiento

Después del boom de fines de los 90, ¿qué pasó con el running? “La diferencia con otros booms como el pádel y los parripollos es que el running se terminó quedando como fenómeno social y deportivo en Argentina porque empezó mucha gente a correr y finalmente se convirtió en un hábito”, continúa Mayorga. Y agrega que “se ha generado toda una industria alrededor del running, un circuito económico inmenso. Hablamos de indumentaria, de zapatillas, de ropa, y además de los profesionales que se vinculan, nutricionistas, entrenadoras, fisioterapeutas, kinesiólogos. Hablamos de tecnología, de relojes, de aplicaciones, de audio; hablamos de turismo deportivo, circuitos de maratones y de medias maratones… Se ha generado un movimiento tan grande que eso que nació como algo muy incipiente fue adoptado por un montón de gente y el sistema económico lo captó. Entonces, cuando un fenómeno de este tipo se convierte en una masa de generación de bienestar pero también de ganancias para un sistema económico, se sostiene en el tiempo”.

“Esa es la diferencia entre un boom, como la lambada que en un par de años se acabó, y el running. Si bien siempre hay gente que deja de correr, creo que hay mucha más gente que empieza a correr”, finaliza “Lucho”.

Con la ruta por delante

Justamente este mes, septiembre, es el que más gente elige para ponerse las zapatillas y empezar a trotar, según los expertos. El clima primaveral ayuda y mucho. Además, los que ya tienen entrenamiento disponen de unos cuantos desafíos por delante: el más importante de ellos es la maratón de Buenos Aires, “la más convocante de Latinoamérica”, según los organizadores. La carrera, que lleva a los participantes de la cancha de River, en Núñez, a la de Boca en el barrio homónimo, ida y vuelta, tuvo en 2018, más de 9 mil corredores. La edición 2019 está a la vuelta de la esquina, el domingo 22 de septiembre.

En la provincia de Buenos Aires, en tanto, en los próximos meses se realizan varias carreras aptas para todos los aficionados. El 29 de septiembre, por ejemplo, se puede correr por Saldungaray (21km, 10km y 5km). El 6 de octubre tienen lugar los tradicionales 10km de la Universidad Nacional de La Plata. El domingo siguiente se puede optar por la carrera de Chascomús, bordeando la laguna (10km y 5km), o la de Uribelarrea (8km y 3km). El 3 de noviembre se corre por Lobos, 20km, 10km y 5km por el campo (“country race”). El 17 de noviembre es la maratón de Mar del Plata, y por esas fechas (todavía no está definida) es la carrera Dino Hugo Tinelli en Bolívar, de 10km. También en noviembre se realiza la carrera por el aniversario de La Plata, con 21km y 10km.

En enero se realiza otra carrera con tradición, la Maratón de Reyes en Trenque Lauquen, con 7,5km. Pero antes se corren dos pruebas muy particulares. La San Silvestre, en Buenos Aires, de 8 kilómetros y medio por el centro porteño (31 de diciembre a la mañana), se ha vuelto una costumbre. Pero la más llamativa del calendario se realiza en Córdoba, más exactamente en Río Cuarto. La largada es a las 23.45 del 31 de diciembre y sus 10km se terminan durante los primeros minutos del nuevo año, entre brindis y fuegos artificiales. Se llama, justamente, la Maratón de los Dos Años.

Correr, entonces, ya no es un boom sino un fenómeno social que cada vez convoca a más gente. Quizás el lector, después de fatigar estas líneas, se decida y saque sus zapatillas del ropero. Las calles están esperando. (DIB)

La carrera más grande del mundo fue en Argentina

El año 1999 fue curioso. Terminaban el siglo y el milenio, se temía el “efecto 2000” en las computadoras, se vivía la burbuja de las empresas .com y en Buenos Aires tuvo lugar la carrera más convocante de la historia. Los 103.748 participante de la Maratón de Carrefour porteña (en realidad fueron casi 9km, pero en aquellos tiempos se le decía “maratón” a todo) marcaron el récord Guinness para esa actividad y todavía se conserva.

“Fue el domingo 19 de septiembre, una mañana de 15 grados de temperatura, lo suficientemente agradable como para correr en plena primavera porteña”, recuerda la web de Locos por Correr sobre el evento del 19/9/99.

La carrera se largó desde Avenida de Mayo y 9 de Julio, tomó la autopista Arturo Illia y la avenida Lugones, para terminar en Avenida Lugones y Pampa.

Los 103.748 corredores superaron al récord que hasta ese día, pertenecía a Barcelona, que como previa de los Juegos Olímpicos de 1992 organizó una corrida en la que participaron 102.00 personas.

“Es que la inscripción gratuita en Buenos Aires, la tremenda campaña publicitaria y las inscripciones hasta una hora antes de la largada lograron que el efecto contagio sumara una masa que se esperaba grande, pero no para récord”, afirman en www.locosxcorrer.com.

En la carrera, además, participaron verdaderas estrellas. El ganador fue Antonio Silio, el maratonista más rápido de la historia del fondismo argentino, con 25 minutos. Al podio lo completaron el uruguayo Néstor García, y “Chema” Martínez, el multicampeón español. 

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