Sanlúcar de Barrameda, muy cerca de Jerez, tiene todo el sol y la luz de Andalucía. Y una brisa de mar que vuelve frescos estos atardeceres del verano.
Estoy unos días en el Palacio de los Duques de Medina Sidonia, un edificio construido sobre el castillo árabe del siglo XI, donde a través de los siglos se han hospedado Cristobal Colón, que partió desde este puerto en su tercer viaje, San Juan de la Cruz y Goya, cuando vino a pintar a la Duquesa de Alba.
El Palacio donde está viva aún la sombra, o más bien la luz de la última Duquesa, conocida como la Duquesa Roja, guarda el archivo histórico privado más importante de Europa, con documentos del año mil, y unos patios con limoneros desde donde se ve la ciudad, el Coto de Doñana y atrás el Guadalquivir llegando al mar.
Bajando por la Cuesta de Belén llegas al Barrio Bajo y a Bajo de Guía, con una puesta de sol maravillosa.
No puedes no tomarte aquí una copita (o dos) de manzanilla con una tortillita de camarones.
Los Sanluqueños tan orgullosos están de ser este el único lugar del mundo donde se hace la manzanilla (un vino blanco seco y oloroso) como de ser el puerto desde donde Magallanes salió para dar la vuelta al mundo.
Sanlúcar, amaneceres sonoros de campanas, casas solariegas, guitarras y manzanilla. Y toda la luz salada de Andalucía…
