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sábado, 20 de abril de 2024
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Columnista: De esto y aquello – Nota 1526 (4ª Época)

Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.

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Me decía el otro día una señora, digamos que mayorcita, “estoy tan asqueada con todos los políticos que tengo decidido votar a Milei”, lo cual me dejó un tanto perplejo. Porque si demasiados argentinos y mayores piensan en semejante salida, que queda para los jóvenes con anodinas enseñanzas. Desconozco si cada argentino se ha preguntado en los últimos tiempos lo que puede llegar a ser la Argentina futura con rescoldos camporista y gente de Milei. Usted se imagina está juventud hoy dueña del país por treinta años jugando a diario a fabricar altares sin santos. Desconozco que piensa en sus entrañas este señor, pero no me cabe duda que está para lo que manden.

Son los políticos de los cuales se echa mano porque los tiempos están fértiles para sembrar futuros contrarios a lo que es necesario. Se le ve por el mundo y por aquí, aunque cada vez está más lejos del mundo. Algo parecido a aquel fenómeno que votaron con inusitada algarabía, como si fuera un Mesías de tejas abajo. Y todo lo que mostraba eran unos zapatos de esos que usaban quienes llevaban el as en la manga en los barcos a rueda que surcaban el Misisipi, y una patillas que llegaban hasta la mandíbula y farándula, mucha farándula; y ya ven en que quedo todo. De la diaria algarabía a una Argentina perdida. De la comedia al drama algo que se ve mucho por estas pampas.

Para empezar no está demás decir que estos personajes no se dan de un día para otro, aunque lo parezca. Es necesario, por supuesto, tenerlo presente y tentarlo y fabricarlo; porque estas figuras sin pasado siempre son puestas y con mucho dinero y adorno para sustentarlo. O sea, que atrás de la obra están los mismos que por allí ponen un sanchéz para destruir España hasta donde se pueda y por otro lado ponen un zelenski para lo que está  pasando, que es lo que tenía que pasar; y se da siempre la casualidad que sus autores encienden el fuego lejos de sus casas. Y aquí ya se han decidido por tres o cuatro camporitas que corren su carrera, pero no basta, que se trata de romper el radicalismo desde adentro y desde afuera. Por cualquier medio, incluso con las figuras conocidas que ya en la largada son de desguace.

Y la única razón es que son los únicos capacitados más un puñado de buena gente que se sume para solventar el futuro. Y hasta les han ofrecido el cómico para Juntos, para ver cómo se pelean y de paso tantear a los Juntos. Lo cual desde el vamos es una excelente manera para romper el fu[1]turo. Solo hay que tener en cuenta que es más fácil romper; y además se gana más. Y va un cuarto de siglo. Y lo arreglan todo cambiando animalitos por próceres. Los que ellos gustan, en solitario o en pareja. Parece mentira que no habiendo dinero les dé por fabricar dinero y creen ganar el futuro quitando ceros, Y por enésima vez los que hablan de próceres se olvidaron adrede de quienes comienzan la andadura de lo que sería un gran país y lo fue. Lo fue.

Por el momento nada sumergida en la chatura, alentada por las cabezas sin seso que la han hundido. Usted se ha dado cuenta que bien se proyecta para que Argentina no pueda andar con los indios truchos del sur que traen una Cataluña o una Ucrania que ambas por otra parte usan las mis[1]mas palabras para destacar a los de enfrente que gracias a ellos se tornan enfrentados, como allá lejos por la Yugoslavia donde se casaban o vivían en los mismos edificios y una mañana se levantaron y eran enemigos, en la cama o en el edificio. Pues bien eso se está armando por estos pagos. Y esperan las elecciones que podrían ser las últimas. Levantarse o caer definitivamente. Y alguno subirá al escenario con las morisquetas a mansalva. Y por si no bastare, se están peleando por frenarse unos y otros en el mismo saco del oficialismo, sin importarles que la que se derrumba, es Argentina; y también, hay que decirlo, gracias a que los de en[1]frente no hacen la guerra, para que la patria levante un poco la cabeza.

No hay vuelta de hoja todo lo que el oficialismo hace y le sale bien es hacerlo mal. Otra vez ha sucedido. El Censo una birria, porque no llegaron, porque no les contestaron, porque las preguntas eran ridículas propias de quienes rompen el pasado, porque les disgusta el presente, que para ellos romper es esencial y les sale de maravilla. Bien aceitado, buen dinero y que la población piense si se percibe como indígena a los cuales ellos odian, salvo claro, que sean truchos. Muchas preguntas fabricadas por inútiles y un conteo que ha servido para poco. Salvo, que antes, cuarenta y dos millones estábamos presos de media docena de anti patrias y ahora son cuarenta y siete millones; que se dice pronto.

El censo se hizo en las veredas con un frío exasperante porque la gente entornaba sus puertas las maestras de sus hijos, por el miedo al otro sembrando durante un cuarto de siglo de odios y desconfianzas. El otro bien puede ser un ladrón o el asesino serial. Pone los pelos de punta que los más inútiles tomen por tontos a los otros y a la vez tomen a los propios para desde el Estado cometer desaguisados. Y buena parte de ellos son inútiles y aunque parezca mentira, buena parte de ellos analfabetos funcionales, que se les ha visto en tales trances de la función. Y por si no bastare algunos son asesores. Pues bien, si esto gusta a la Justicia y a la oposición estamos aviados. Es de esperar, que no haya que esperar mucho para que algo empiece a cambiar, pues va un cuarto de siglo a bandazo limpio, pero manteniendo el rumbo de la destrucción; y la faena no cesa.

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