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Columna de música: Después del camino

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Los Cohetes Lunares nacieron como trío en un festival de la Escuela Técnica de Bolívar que se realizó en 1993, allí estaban Eduardo Real, Jorge Moroni y Jorge Suárez tocando sus primeros temas y algunos covers como ‘De Do Do Do, De Da Da Da’ (The Police) y ‘Rutas argentinas’ (Almendra). Con el paso del tiempo ingresarían y cambiarían integrantes, pero el trío original continúa firme. Hoy los acompañan Diego Peris (bajo, coros), Pablo Pino (guitarra líder, coros), Chiqui Suárez (teclados, coros) y Guillermina Moroni (coros).

Desde sus inicios con ‘Después del camino’ y ‘La 226’, Los Cohetes transitaron los escenarios con sus road-movies song, y continúan haciéndolo hoy con diferentes paradas: Bolívar, Bagdad, México, EEUU (con Bruce Springsteen, Elvis Presley, B.B. King y Johnny Cash) son los sitios visitados antes de llegar al planeta interior más alejado del sol.

“Welcome to Mars”, se llama su flamante álbum que Los Cohetes Lunares presentarán el próximo sábado 27 de noviembre en el Teatro Coliseo de Bolívar.

“Hay un trabajo de producción importante en el disco, le dimos alas a un monstruo, nuestro director musical, Diego Peris, pero este disco en particular ya salió sonando – dice Eduardo – Empezamos a grabar las bases en La Quinta Records de Julián Ojinaga y salió instantáneamente, al estar bien grabado pudimos trabajarlo y mucho con Diego, con Paolo Felice en la mezcla, y con masterización profesional en los Estudios Flores Records de Carlos Conter, que ya nos conoce de años.

Hacía bastante tiempo que veníamos tocando la mayoría de los temas, y fue como poner nuestras diferentes etapas del grupo en el disco, en este viaje hacia Marte, un nuevo destino, un nuevo descubrimiento. Estamos tratando de llegar a músicas y gente que no conocemos. Un disco siempre es el resultado de mucho sacrificio, esfuerzo y tiempo, y eso fue lo que invertimos, pero con gusto, lo disfrutamos y tratamos que éste, nuestro tercer álbum, nos conforme a todos.”

Por su parte Diego Peris aporta: “Mi labor fue variando conforme a la etapa en que se encontraba el disco. En la primera, en la grabación, yo me encargué de los arreglos de voces, algunos arreglos de guitarra, y era el malo de la película en el tempo, era el que hinchaba con eso de ensayar con metrónomo. Después, en la segunda etapa, la de edición, se corregían detalles, y en la tercera, en el hilado fino, agregamos efectos, sonidos y otras cositas que uno encuentra cuando se está tranquilo escuchando el disco con auriculares.”

El álbum, compuesto de ocho temas, abre con ‘The Bruce Springsteen Band’, canción que tomó una repercusión inusitada. En 2016 vino a tocar a Bolívar Flavio Casanova y se encontró con la canción, entusiasmado, Flavio le comentó a la gente de Greetings América, el Fans Club de Bruce Springsteen en Sudamérica. “Nosotros habíamos tocado en el Me Encanta Bolívar de 2017 y subimos un video con el tema – dice Moroni – El video comenzó a rodar, justo salió la revista que realizan para todos los fans en Latinoamérica, que la hacen en La Plata, les encantó la canción, nos hicieron una nota y ahí está el tema rodando. La revista llegó a Asbury Park y está en el museo de Bruce en New Jersey.”

El ambiente de las discos y el baile explota en la pista 4, ‘Vamos a la disco con Franz’. Es un tema que el grupo habitualmente no mostraba en sus shows pero de pronto surgió como una buena opción para integrar la lista del álbum. “Franz fue tomando forma a medida que avanzaba la composición – dice Eduardo – en un principio teníamos un estribillo que había hecho Jorge (Moroni), en ese comienzo sonaba como el grupo Franz Ferdinand, pero el tema, en realidad, es un homenaje a Tony Manero, el personaje de John Travolta en ‘Fiebre del sábado por la noche’.”

El guitarrista Pablo Pino ingresó al grupo en 2013 para darle una veta rockera que el resto de la banda no desplegaba, es más, Pablo tiene un espacio propio en los conciertos con canciones de Spinetta, Vox Dei y covers de artistas internacionales.

“Una vez se me ocurrió ir a ver a David Lebón, y vi a Los Cohetes, que tuvieron que tocar en el piso, fue una cosa incómoda para ellos, pero sonaron bárbaro – nos comenta Pablo – Me impresionaron musical y profesionalmente, me impresionó el tema ‘Johnny Cash’, me dije: ‘Qué es esto?’. Es bárbaro tocar con Los Cohetes, conocerse antes de conocerse, los músicos que tocan ahí son mi selección favorita.

Con ellos jamás tuve otra cosa que libertad y alegría, dos cosas fundamentales para la música, se crea un clima, el cohete despega y se pone en órbita. Con este grupo me siento libre, me siento querido y los quiero mucho también.”

Y hablando de Pablo Pino, él es el responsable de los solos y arreglos de guitarra en ‘Tres camellos’, tema 5 del álbum de aires orientales con mucha producción y trabajo en estudio.

“Desde un inicio el tema nos remitía a ‘Kashmir’ de Led Zeppelin y salió así, muy arábigo – cuenta Jorge Patita Suárez – Fue muy importante el trabajo de Franco Exertier (invitado especial en este tema), le dije: ‘quiero que suenen tablas en el tema’, no había tablas pero con los bongos logró el sonido.”

“Es un tema viejo que hacía con una banda anterior y lo llevé a la banda cuándo éramos un trío – dice Jorge (Moroni) – Eduardo lo reflotó y en la grabación no toqué ningún instrumento, cuando escuché la pista instrumental me dio la impresión que era la música de una película. Es un tema que remite a Medio Oriente, es la visión que tienen los musulmanes de los cristianos.”

La impronta blusera del disco está representada en ‘Subiendo la apuesta’, con la participación del saxofonista Álvaro Damiano. “La banda logró hacer ese estribillo con voces al unísono que es muy de rockabilly y la batería de Jorge afirmando esos cortes – dice Eduardo – Un amigo de La Plata, Babú Cerviño, un profesional que tocó con Víctor Heredia y ahora con GIT, me dijo que el tema le gustó mucho, y cuando le mostré parte del disco nos dijo que íbamos por el mejor camino posible.”

Y en este disco pletórico de viajes no podían faltar las tierras mexicanas con el tema ‘Viva México’, con una impronta que se podría describrir como un corrido rock con aires a los spaghetti western. “Es un tema que lo venimos haciendo hace muchísimo tiempo y habla de alguien que México le pegó de cierta manera -explica Moroni – Era un lado B que pasó a ser un lado A, y creímos que estaba bueno incluirlo en este disco que está dedicado a lugares, historias, regiones y personas.”

“Después del camino, después del dolor, después de mil millas y luces, de salsa y calor / El soñado mar está ahí y la arena es así / Y bajo aquel sol que no quema comenzamos otra vida / Sin preocupación, sin problemas, probamos la otra vida, la peor libertad…”

Gracias a la pericia del sonidista, el inefable Sergio Ramírez, “Welcome to Mars” cierra con una versión en vivo de ‘Después del camino’, clásico del grupo, primer tema de su álbum debut de 1995. La grabación se registró en Buró, renombrado boliche deroense cuyo dueño realizaba una puesta especial con escenografía incluida para cada banda o solista que tocaba en ese lugar.

‘Después del camino’ es la frutilla del postre de “Welcome to Mars”, el primer éxito del grupo cerrando el nuevo álbum que habla de viajes, historias y lugares.

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