Termina el año y pensaba con que película cerrar la columna 2021, y hace 20 años se estrenaba la saga más espectacular que el cine nos regaló, El Señor de los Anillos (Lord of theRings, 2001), y que mejor cierre de año que la obra maestra de J.R.Tolkien.
Con 23 años Tolkien tuve que vivir los horrores de la Primera Guerra Mundial y fue ese escenario lo que inspiró este universo fantástico. Un cuento épico de amistad y compañerismo, de poder y ambición.
Cuando Peter Jackson en 1997 se hizo con los derechos de las novelas, no le fue fácil conseguir financiamiento, nadie quería arriesgarse con una obra tan enorme y con un director que no tenía la experiencia que las compañías buscaban. Y llegó New Line Cinema para apoyar el proyecto de Jackson.
Peter Jackson comenzó con la preproducción en el año 1995 y siempre tuvo en mente hacer las tres películas como una única producción, algo que nunca se había hecho, le tomó 483 días terminar el rodaje de los tres films. Una vez terminada la fase de producción, comenzó la post producción que le llevaría 3 años (un año por película, 2001, 2002 y 2003). Este trabajo titánico dejó exhausto al director, que en una entrevista contó: “que a veces me encontraba tan cansado y tirado sobre el barro que pensaba en renunciar, pero siempre me repetía que si me gustaría estar haciendo otra cosa y la respuesta siempre fue la misma, NO…”
El lugar elegido para rodar la trilogía fue Nueva Zelanda, lugar de nacimiento del director, el film se rodó el más de 150 lugares naturales en forma simultanea las tres películas, casi todo fue rodado en exteriores lo que abarató la producción.
Fue un año y medio de rodaje y en una producción tan gigante los accidentes, no de gravedad, estuvieron presentes. En el caso de Orlando Bloom (Legolas), se rompió varias costillas rodando escenas de acción, Sean Astin (Sam), se clavó un vidrio en el pie durante una escena. Vigo Mortensen (Aragorn), no quiso usar dobles de riesgo e hizo todas sus escenas, en una de ellas se golpea con un casco de orco y larga un grito de dolor potente (es la escena donde cree que los hobbits están muertos), al director le gustó tanto que quedó en el corte final. Como nota de color, Vigo Mortensen se encariñó tanto con el caballo que utilizaba en el set que terminó comprándolo. Hablando de escenas improvisadas, IanMackellen (Gandalf), se golpea la cabeza cuando va a visitar aBilbo, el hobbit amigo del mago, risas de por medio, el golpe gustó tanto al director que también quedó en el corte final.
El objeto más importante del film, el Anillo Único, tuvo quince réplicas, que se fueron usando durante todo el rodaje, según el plano que el director necesitara, la réplica más grande fue un anillo de 15 cm de diámetro.
Para realizar el grito aterrador de los orcos, Peter Jackson y los ingenieros de sonido fueron a un partido de rugby en Nueva Zelanda, y grabaron los gritos de los 10.000 espectadores, por momentos el director les indicaba a los espectadores que repitieran ruidos y sonidos específicos que él mismo realizaba. Con algunas modificaciones se terminaron convirtiendo en esos gritos espantosos.
Uno de los personajes más memorables de la trilogía es sin duda el Gollum, un personaje totalmente digital, el hombre que le puso el cuerpo fue Andy Serkins y lo interpretó de forma magistral y luego Wega Digital, la empresa encargada de los efectos especiales, le dio la textura necesaria para hacerlo único.
La banda sonora fue compuesta por Howard Shore e interpretada por la Orquesta Filarmónica de Londres.
El Señor de los Anillos es la saga cinematográfica fantástica por excelencia, recaudó millones alrededor del mundo, la tercera parte, El Retorno del Rey, se alzó con 11 Oscars, siendo la tercera película en ganar tantas estatuillas, junto con Titanic y Ben Hur.
Peter Jackson nos regaló una adaptación perfecta de la gran obra de Tolkien, y siempre estaremos agradecidos por permitirnos seguir y ser parte de Frodo y la comunidad del anillo y seguir esta aventura fantástica en la Tierra Media.
