Antes de la trilogía del Caballero Oscuro de Nolan, antes de la versión de Ben Affleck encapotado, y mucho antes de la nueva versión, que está en la etapa de post-producción, protagonizada por Robert Pattison (Crepúsculo, Tenet) y dirigida por Matt Reeves, tuvimos la versión de Tim Burton, protagonizada por Micheal Keaton, Jack Nicholson y Kim Basinger, una versión oscura, como debía ser, conociendo la visión del director.

La primera elección del estudio para ponerse la máscara y la capa fue Mel Gibson, pero este lo rechazó porque estaba por empezar el rodaje de Arma Mortal 2 (Lethal Weapon 2, 1989), pero cuando se confirmó a Keaton en el papel, los fans estallaron y llenaron de cartas (no había redes sociales en ese entonces), unas 50.000 protestando por la elección del protagonista. Pero Michael Keaton se convirtió en un gran Batman.        

Jack Nicholson rechazó en primer lugar el papel del Jocker, y el estudio para tentarlo, le realizó una oferta al gran Robin Williams, pero lo que el actor no sabía es que era una falsa propuesta para presionar a Nicholson a que acepte e papel. Jack Nicholson terminó aceptando y realizando un papel memorable. Pero esto no termina acá, cuando Robin Wiliams se enteró de esta jugada de Warner Bros. se tomó tan mal esta situación que rechazó, años después, interpretar a El Acertijo en Batman Eternamente (Batman Forever, 1995), y se negó a trabajar con el estudio hasta que Warner le pidió disculpas por ponerlo en esa situación.

Ahora cuando vemos la película, vemos una gran adaptación del personaje, pero como vamos leyendo, siempre estuvo rodeada de polémica, desde la elección del protagonista hasta la elección del director. Warner Bros. tuvo que adelantar las fechas programadas para lanzar el tráiler y así acallar a las masas que no están contentas. Con el tráiler ya en los cines, todas fueron buenas noticias para el film, los fanáticos quedaron enloquecidos, algunos fans pagaban la entrada al cien para solo ver el tráiler, y una vez que pasaba se levantaban y se iban.

Como hemos hablado en otra columna, hay directores que dejan improvisar y Burton lo es, hay dos escenas que fueron improvisadas, una por Keaton, la famosa frase: “Yo soy Batman”, en el guión estaba escrito como: “Yo soy la noche”, pero Burton al escuchar el cambio de línea de del actor decidió conservar ese cambio, y hoy en día es una frase de se convirtió en parte de la cultura popular. Y la otra escena fue improvisada por Nicholson, la escena donde el Jocker baila en la casa de Vikcy Vale (Kim Basinger), fue inspirada por un amigo del actor que se lo sugirió y no estaba en el guión.

A pesar de estar rodeada de polémicas, la producción pudo sortear todos estos obstáculos y llegó a los cines a mediados de 1989, el Batman de Tim Burton, y fue un éxito instantáneo recaudando 400 millones de dólares, de una inversión de 34 millones. Como dato curioso, los primeros 100 millones, el film lo recaudó en sus primeros diez días. Se alzó con varios premios internacionales y con el Oscar a mejor Dirección Artística.         

Está claro que Batman fue el puntapié inicial para el lanzamiento de los superhéroes como todos hoy los conocemos, pero en esa época fue una jugada arriesgada que salió a la perfección y marcó el camino a seguir, cuando hay gente tan talentosa como Burton detrás de estos proyectos solo se puede esperar una cosa: fascinación en cada fotograma.