No será la primera vez que aparecen alusiones a un año electoral con bastante tiempo antes y luego no pasa nada, ejemplos nos sobran; pero a un año de las elecciones llama la atención que se salga con una campaña “anónima” y con cartelería color, algo que tiene su costo y pocas chances de recuperación, al menos por lo que se puede apreciar mirando las cosas hoy.
Incluso el nombre del supuesto nuevo espacio da para pensar. Puede ser que es alguien que quiere “renovar” su imagen, su banca, su participación anterior, o algo por el estilo. O puede ser alguien que quiere renovar los nombres de la política local que desde hace años se vienen repitiendo sin grandes ni rimbombantes cambios.
De entrada nomás se pensó en otra expresión vecinalista, ya que en los carteles azules (no así en los anaranjados) se puede leer “con participación ciudadana”, es decir, que no estaría, en principio surgiendo de debajo de algún partido de los llamados tradicionales.
De todas maneras es sugestiva la distancia que existe entre la aparición de estos carteles y las elecciones, como también el anonimato con el que fueron colocados. Seguramente, o no, en los próximos días habrá novedades sobre quién está detrás de estas pegatinas con las que ayer amaneció la ciudad empapelada.
Angel Pesce