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martes, 23 de abril de 2024
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Carlos Sena cumplió 59 años fabricando mosaicos en esta ciudad

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Carlos Alberto Sena tiene setenta y dos  años y ayer cumplió cincuenta y nueve dedicados a la fabricación de mosaicos. La Mañana visitó su fábrica ubicada en Ruta 226 y Rondeau y dialogó con el propietario que contó sus comienzos y varias anécdotas en estos casi sesenta años de dedicación permanente a su pasión.

Carlos recuerda que cuando faltaban cuarenta días para que cumpliera los  13 años comenzó a trabajar en la fábrica de Rodríguez (antiguamente Aime) que estaba situada en Rondeau y Roca, después nos trasladamos a este edificio y acá estamos y seguiremos estando por al menos otros cincuenta años comenzó diciendo.

Sena agradece y  recuerda que su patrón “Cucheto” (Rodríguez) lo ayudó mucho y cuenta “cuando decidió dejar el negocio me ofreció quedármelo y me sorprendió y le dije, sí Cucheto, yo te agradezco de todo corazón, pero no tengo un mango, yo soy empleado  y él me dijo me lo pagas de a poco, cómo puedas, yo sé qué vos me vas a cumplir”. “Entonces le pedí que me dejara pensarlo y llamé a todos los viajantes con los que trabajábamos y a Pérez y Bouciguez que eran de acá y nos proveían del cemento y todos me dijeron lo mismo “no te hagas problema que nosotros te vamos a ayudar, me ofrecían traerme los equipos gratis de cemento, pero yo no quise traía de a poquito y cuando vendía cincuenta metros sacaba la cuenta de los gastos de la casa y con lo que quedaba iba pagando todo”.

Carlos Sena (2do. a la derecha, en la segunda fila) en sus comienzos en la fábrica de Rodríguez.

Cuando yo quedé sólo, el patrón que era un hombre que sabía mucho, me dijo que yo tenía que hacer mosaicos blancos, negros y grises, le dije que sí pero le cambié, comencé a cambiarle las tonalidades, al blanco le hago cuatro o cinco tonos, porque hay que pensar que se pueden manchar, entonces le voy variando y ahora tengo mucha cantidad y variedad. Es un trabajo muy artesanal y necesitamos darnos cuenta de muchas cosas porque lamentablemente no se puede comparar la materia prima de cuando comencé a lo que es ahora, la de ahora es más debilucha en todo sentido, antes hace veinticinco años en los tambores de trescientos litros lo preparábamos con doscientos setenta litros de agua y cinco kilos de ferrita, sea del color que sea, hoy le estamos echando veintidós kilos y no es lo mismo.

Ahora con mucho esfuerzo  tenemos stock permanente, le podemos ofrecer al cliente todo lo que necesita, no tiene que esperar o hacernos entrega de dinero para que produzcamos. Acá fabricamos treinta o cuarenta metros cuadrados por día de granito y veinte de calcario. Vendemos acá  en Bolívar, en la zona y en varios puntos de la provincia, también tuvimos la suerte de tener varios pedidos grandes del sur y de Córdoba. MI dicho es “A la gente hay que atenderla bien, para que la gente vuelva, porque sí vos los atendes mal no vuelven más”.

Hace 25 años tiene su propia empresa “Carlos Sena Mosaricos” y apuesta a que sus empleados sigan con el negocio: “Yo quiero que ellos sigan, los quiero ayudar, cómo me ayudaron a mi”. “Todos los días a las 9 de la mañana desayunamos juntos, compro unos bizcochos o unas facturas y por veinte minutos, media hora nos juntamos y tomamos unos mates; sí en ese momento viene gente yo soy el primero en salir a atender, pero sí viene otro cliente ellos tienen que dejar el mate y atender, el cliente no puede estar esperando y eso también lo aprendí cuando yo era muy joven, tenemos que atender al cliente lo mejor posible, porque nosotros vivimos y subsistimos gracias a ellos”. Sena continuó diciendo “yo los ayudo mucho a los chicos, no me gusta retarlos, porque a mí me enseñaron y me tuvieron paciencia, entonces yo hago lo mismo, sí hacen algo mal, porque todos podemos hacer algo mal (incluso yo que hace tantos años que lo hago) les digo y les enseño, estoy convencido que uno tiene que enseñar para que todos puedan continuar, yo trabajé con gente muy buena que me enseñó siempre con humildad y el que quiere aprender, aprende”

Carlos se define como un experto en asesoramiento y amigo de sus clientes “Vos tenes que explicarle al comprador muchas veces que proceso es, decirle sí le conviene, sí se puede manchar o no, porque hay mosaicos claritos que a veces uno lo quiere poner en algún lugar en donde anda con los pies mojados y se puede manchar, entonces yo a muchos de los clientes les hago cambios.

En todo este tiempo tuvimos que aprender a adaptarnos a los cambios para seguir adelante, hay muchas cosas nuevas que aparecen en la construcción, por eso nosotros tenemos que innovar y no paralizarnos, a cada lugar que voy miro el piso, nunca miro para arriba siempre para abajo y sí me gusta me lo grabo en la cabeza, después vengo y lo hago. Hay que buscarle la vuelta para estar actualizado y poder vender y darle al cliente lo que el cliente quiere.

“Siento un orgullo enorme. Estoy emocionado por estos cincuenta y nueve años. Nos pasaron muchas cosas y las supimos llevar adelante. Esto es gracias a la familia yo me dedico a trabajar acá, pero la que maneja todo es mi señora, ella lleva todos los papeles y mi hija Sandra que me ayuda mucho también, nos consultamos todo, tomamos todas las decisiones en familia y por eso hoy seguimos haciendo esto que tanto me gusta”, culminó Sena.

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