Fue victoria por 2 a 0 ante Douglas Haig de Pergamino por el encuentro de octavos de final del Reducido del torneo Federal A. Con dos goles de Ignacio Lucero en la primera parte, los de “Indio” Ortiz alcanzaron un triunfo extraordinario, que lo coloca en la siguiente instancia y que los ilusiona pensando en el tan ansiado ascenso al Torneo Nacional.
En medio de un marco muy interesante (más de 1.000 personas), los dos equipos saltando al terreno de juego concentrados de cara a la victoria, ya que el cotejo era definitorio. Colorido, banderas y mucho aliento decoraron un momento impactante, algo poco común en nuestro fútbol.
Las acciones comenzaron y Bolívar logró la ventaja prácticamente desde el vestuario. Centro desde la izquierda, desvío en el primer palo y Lucero en el segundo para cabecear al gol. Una jugada antiquísima que siempre rinde frutos. Con la ventaja, el Ciudad trató de manejar los tiempos del partido. Con orden y un Brian Duarte “endemoniado” trató de obturar por el sector derecho con incontables desbordes. Jugadas que no terminaban en peligro real, pero que hacían pensar que la ventaja podría extenderse en cualquier momento. Los minutos corrían y Douglas no se asentaba en la cancha. Promediando los 25 tuvo su primera aproximación tras una pelota que quedó muerta en el área y Seratto no conectó con fuerza. Apostando a las subidas de Mazza por derecha, la visita complicó con un par de centros. La jugada bisagra fue a los 27, cuando Cavallotti se quedó con el empate de los de Pergamino. Pelotazo cruzado desde la derecha para un solitario Moreno. Control y remate a quemarropa que el uno local tapó de manera extraordinaria.
Los minutos pasaban y Bolívar definiría la historia. A los 43 una jugada calcada al del primer tanto. Centro desde la izquierda, toque en el primer palo y aparición de Lucero por el segundo. Gol del “Celeste” y locura en las tribunas. Los del “Indio” Ortiz maximizaron una situación de juego, que de salir bien, es imposible de defender. 2 a 0 y a otra cosa.
El complemento mostró la lógica del equipo que tiene la ventaja. Bolívar se replegó y le cedió la iniciativa a Douglas. Los de Raggio no tuvieron elementos futbolísticos como para dar vuelta la historia. A eso hay que sumarle el orden del Ciudad, que con un juego solidario, ocupando espacios y corriendo todas, fagocitó la iniciativa de la visita. Con la salida de Seratto, los de Pergamino no pudieron encontrarle la vuelta a la generación de juego y no patearon al arco en todo el complemento.
Pitazo final de Amiconi (pasó desapercibido, por lo que tuvo una actuación correcta), y locura “Celeste”. Bolívar fue contundente y minimizó a un rival que en los papeles parecía más complejo.
Pablo Pequi.
