17 de noviembre de 2023
El blackjack sigue siendo, tras la revolución digital, uno de los juegos de cartas más seguidos y buscados junto al póker.
El blackjack sigue siendo, tras la revolución digital, uno de los juegos de cartas más seguidos y buscados junto al póker. A pesar de que sus orígenes se sitúan en el siglo XVII ha sabido reinventarse y hoy es uno de los grandes reclamos de las plataformas de juegos de azar especializadas.
¿No has jugado nunca al blackjack online? ¿Estás haciendo tus primeros pinitos? Si es así, presta atención. A continuación te ofrecemos una guía rápida que te ayudará a entrar en materia. ¡Toma nota!
La meta de los participantes es conseguir 21 puntos o, al menos, acercarse a esta cifra tanto como sea posible sin llegar a superarla. Para ello, es importante tener en cuenta que cada una de las cartas tiene un valor específico. A partir de esta información, los jugadores deben trazar sus tácticas y siempre teniendo en cuenta la presencia de la carta visible del crupier.
Tal y como sucede en cualquier otro juego de cartas, existe un sistema de valores que determina el suceder de las partidas. Por supuesto, para dominar el arte del blackjack se hace indispensable saber cuáles son exactamente estos valores pues de lo contrario no es posible construir una estrategia efectiva.
Uno de los rasgos más llamativos de este formato reside en la flexibilidad del As. De hecho, es la carta que mayor juego ofrece por su capacidad para adaptarse a las necesidades estratégicas de la partida y el usuario.
Junto con el protagonismo del As, la presencia de una mesa semicircular y el crupier constituyen otro de los rasgos más característicos. Además, marca el funcionamiento de las partidas en tanto que esta distribución permite que varios participantes jueguen en cada ronda.
Por otra parte, el papel del crupier consiste en llevar la dirección del juego y realizar un seguimiento del reparto de las cartas. Su presencia supone ciertas garantías en materia de integridad y transparencia.
Antes de que se dé inicio a cada ronda, los participantes hacen sus apuestas de forma individual. Acto seguido, entra en juego el crupier repartiendo las cartas. No obstante, este proceso debe seguir unas pautas. Por un lado, deben repartirse dos cartas por cada participante cuando comienza la ronda y siempre siguiendo la misma dirección que llevan las agujas del reloj. Además, del par de cartas que ofrece el crupier, una de ellas está oculta (en caso de ser un As los participantes pueden hacer una apuesta extra) y la otra descubierta.
En el momento en el que las cartas han sido distribuidas, se inician las estrategias. El primer que inicia la acción es el que se encuentra al lado izquierdo del crupier. Entre sus alternativas se encuentran:
Cuando los participantes ya han hecho los movimientos deseados, le toca el turno al crupier que juega su mano siguiendo las y, si por el contrario cuenta con 17 o más opta por plantarse.
Cuando un jugador consigue hacerse con una puntuación de 21 al sumar el valor de las dos cartas consigue hacer un "blackjack". No obstante, se trata de una circunstancia bastante poco probable y de la mejor mano. Es por ello por lo que se paga con un ratio de 3:2.
Como hemos podido ver, el crupier desempeña un papel muy importante en el desarrollo del juego. La banca funciona con unas normas concretas: Solicita carta en el caso de que su mano cuente con una puntuación inferior o igual a 16 puntos y se planta en el caso de que haya acumulado 17 puntos o más. Por otra parte, gana directamente si un participante ha registrado una puntuación superior a 21.
Si se da el caso de que la banca y algún jugador registran la misma puntuación, hablamos de un empate técnico. Este tipo de situaciones, el participante recupera el valor de su apuesta.
El blackjack es uno de los formatos más populares y ello se debe en parte a la forma en que fusiona la estrategia y el azar.
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