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Barajar, dar de nuevo y cantar truco

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El cantante y guitarrista Mario González venía del hard rock, y su colega Juan Manuel Zarza Montes del pop, pero en el folclore se dieron el abrazo de Yatasto. En ese puerto los esperaba el percusionista Beto Manzano como el anfitrión del estilo; poco después se incorporaría el bajista Emanuel Ganim (es de González Chávez pero vive hace unos años aquí; fue alumno de Mario González) y quedaría conformado el ‘cuadrado perfecto’ de Fronteras Libres, un original combo que nuclea tres cantantes, dos guitarras y miles de matices.

Llevan, redondeando, dos años juntos, y el último marzo en Me Encanta Bolívar tuvieron una suerte de bautismo de fuego del que salieron fortalecidos y con una gran carga energética que, en lo relativo a tocar en vivo, no pudieron usar porque apenas días después la pandemia se lo comió todo.

Hoy, en cuarentena, Zarza Montes y González registraron una versión de Aleluya, de Leonard Cohen, para el Facebook motivacional  de Octavio Marchione, y como pueden y en ensambles mínimos van avanzando en la grabación de algunas canciones. O cada cual le manda sus partes a Mario, el encargado de montar todo en una canción. También planean grabar algún video. El cuarteto cultiva obras propias y versiones de otros, que nunca son obvias. El laboratorio-refugio de la banda es el estudio de González, en Olascoaga casi esquina San Martín, que en términos de longevidad e historial con grupos vernáculos ya es hermano de la legendaria sala de Mitre 123, de Eduardo Real, por la que también pasaron casi todos.

 

Poco recorrido, muchos saltos

El puntapié inicial de Fronteras Libres lo dieron a fines de 2017 el cantante Juan Blas Echave y Mario González, convocado por aquel para acompañarlo en viola. Luego de su experiencia de varios años al frente de cuarteto de rock y pop Gravedad Cero (originalmente se llamó Gravedad Zero), Mario había comenzado a incursionar en el folclore, a ‘probar cosas’ y buscar variantes para su carrera. De esa perspectiva, lo de Juan Blas cayó como anillo al dedo. Motejaron Fronteras Libres a su juntada, pero después decidieron que era hora de sumar un percusionista y así apareció la figura de Alberto ‘Beto’ Manzano, un omnipresente del folclore de acá.

González admite que convencerse de que ese estilo podía ser el nuevo destino “no fue fácil”. Tampoco para Zarza Montes, cantante de pop y un rock cancionero siempre con un tinte dulzón, que parece distante de una zamba. Jugó allí un rol clave Beto Manzano (ver aparte), quien pertinaz como la gota que horada la piedra les inculcaba a sus nuevos cumpas: “Muchachos, escuchen folclore, escuchen folclore. Acá no hay secretos, es escuchar, practicar y aprender”. De todos modos la banda ya había puesto proa al folclore, y en ese marco lo de Beto significó el empujón final para llegar a puerto. “Igualmente nos quedó algo de pop y rock, un sedimento”, se planta Mario, con quien charlamos en su bunker-sala-laboratorio de calle Olascoaga. Y es precisamente con ese sedimento y otros ingredientes que el cuarteto prepara su receta, que el guitarrista líder resume así: “Resolvimos mezclar todo eso de una manera que no fuera agresiva, no salir con una chacarera y meterle una distorsión tremenda, sino ver en qué lugar podía ir cada cosa, con introducciones diferentes en relación al folclore tradicional. Empezamos con algo que parece pop, pero luego surge una zamba. Está lo clásico del folclore pero hay una fusión diferente con otros elementos, y contra lo que pensábamos a la gente le gustó”.

Echave emigró y quedaron dos: Manzano y González. Sin cantantes, ya que en esos días de 2018 un problema de salud afectó seriamente las cuerdas vocales de Mario. Rápida de reflejos para poder seguir, la dupla alistó a dos vocalistas oriundos de Henderson, de apellido Fernández, que son familiares de Beto, y así nació otra etapa. Sin embargo el día despejado se nubló pronto, ya que los hermanos también decidieron partir. Pero Mario y Beto no llegaron a desanimarse ya que Febo, que nunca se rinde, enseguida les mostró que volverían las mañanas claras. Eso fue lo que ocurrió cuando convocaron al cantante Juan Manuel Zarza Montes y semanas después al bajista Emanuel Ganim. Así quedó conformado el ‘cuadrado perfecto’ de Fronteras Libres, el que disfrutamos en el Me Encanta 2020 y volveremos a ver, si la pandemia quiere.

Por la alineación pasó fugazmente el bajista Javier Díaz Corbera, quien participó del primer concierto de F.L. en el Me Encanta, en la edición 2018.

 

“Cuando empezamos a tejer voces empezó lo lindo”

En el festival se los vio muy bien. Supongo que eso impulsa a proyectar, aún en cuarentena.

– Ya durante el año pasado trabajamos mucho en el ensamble vocal, y eso fue dando un fruto. Veíamos que la gente respondía bien y que íbamos progresando. Al festival llegamos de un modo sólido, efectivos para tocar, conociéndonos más y explotando lo mejor de cada uno. Y sí, proyectábamos cosas luego del Me Encanta, y seguimos haciéndolo en la cuarentena. Queremos prepararnos lo mejor posible para cuando todo esto termine y se pueda salir a dar recitales.

 

Lo distintivo de ustedes es que tienen tres cantantes.

– Sí. Cuando empezamos a tejer voces comenzó lo bueno y lindo. Al principio hacía Juan Manuel  una voz y yo hacía otra en otro tema, pero después empezamos a ensamblar, llegó Emanuel, que también canta, y todo fue diferente. Cada cual se puede lucir, cada cual canta y en otra canción acompaña, y eso provee muchos matices. Y con las guitarras también trabajamos así.

“Yo creo que esta formación ha venido para quedarse, porque nos sentimos cómodos en lo musical y también en lo humano, ya que nos hemos hecho muy amigos”, pone finalmente en resaltado González, quien mira el futuro con entusiasmo al haber encontrado compañeros y una banda a la medida de su sueño de hoy.

Chino Castro

Otro ‘Capitán Beto’

 

Para Mario González, conocer a Alberto ‘Beto’ Manzano fue una suerte de descubrimiento. Habían tocado ocasionalmente juntos y compartido algún espacio, pero nunca el mismo barco ni eran amigos. Hasta que pasó.

“Un día estaba yo tocando un tema, Corazón Pesebre, un chacarera medio pop del grupo Rescate. Él no la había escuchado nunca, y se puso a tocar el bombo conmigo de una manera en la que yo nunca había escuchado tocar un bombo, con unos fraseos, unos tiempos, que me conmovió. Ahí fue que me decidí por el folclore”, confiesa el ex guitarrista y cantante de Gravedad Cero. Y abunda: “Cuando Beto es él, es impresionante lo que hace. A mí me gusta cuando hay espacios, silencios, cuando quedan esos vacíos en los que parece que el ritmo no va a llegar. Se dice otra cosa con la música; a veces no sirve llenar vacíos y darle con todo, porque suena todo igual, no conmovés a nadie. Me gusta cuando parece que el ritmo se va a caer y él llega, con el último fraseo llega. No sé cómo hace, pero bueno, es Beto”.  

 

Para la cultura popular argentina hay dos capitanes Beto: el de la canción de Spinetta, de los años setenta, y hoy el presidente Alberto Fernández, a quien algunos de sus simpatizantes motejan cariñosamente así. Sin embargo para Mario González hay un único ‘Capitán Beto’: se llama Alberto Manzano y toca el bombo en Fronteras Libres.

 

 

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