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viernes, 29 de marzo de 2024
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Almada Flores y un proceso nuevo en Almirante Brown

Entrevista.

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El 2022 no fue un año positivo para el entrenador uruguayo Alejandro Orfila. Resultados que no se dieron en el tiempo que esperaba hicieron que el DT y su cuerpo técnico no pudieran tener la continuidad necesaria y que tanto cuesta encontrar actualmente en el fútbol argentino. Su mano derecha, el ex Barracas Bolívar Guillermo Almada Flores, también padeció esa impaciencia que reina entre los dirigentes, socios e hinchas.

El cuerpo técnico estuvo sin trabajo durante un tiempo que se hizo largo, pero en octubre se anunció la contratación del grupo de trabajo en Almirante Brown. La “Fragata” terminó en el 25º puesto entre los 37 que participaron en el torneo de la Primera Nacional y buscó un cambio de aire para el campeonato 2023.

Con miras a esa temporada Orfila y el resto del grupo de trabajo están dando los primeros pasos y La Mañana habló con “Guille” para conocer sus sensaciones en el inicio de este nuevo proceso.

Estoy contento de llegar a Almirante porque es un club grande, muy popular, de mucha gente. En la zona de La Matanza, creo que es el más grande. Ale Orfila tiene un pasado muy lindo ahí porque en 2007 ascendieron, así que la gente lo quiere mucho y se ha formado un buen clima desde que llegamos. Estuvimos una semana entrenando y el viernes le dimos vacaciones a los chicos hasta el 5 de diciembre. En esa fecha volveremos a entrenar, luego haremos un pequeño parate para las Fiestas y después seguiremos trabajando con todo. El Mundial ha cambiado mucho los tiempos y tenemos que adaptarnos…

Estamos con el mismo cuerpo técnico de siempre: Ale, yo, el profe Diego Arias, se sumó el profe Vivaldo, que es hermano del “Flaco”, que había sido profe nuestro en Comunicaciones y en Ferro. Después, cuando nos fuimos a Atlanta y a Uruguay él no se fue con nosotros y ahora lo “repatriamos” y volvió a estar en el equipo, junto al entrenador de arqueros Juancito Raña y el videoanalista Vicente Barrios.

Nos encontramos con un equipo muy golpeado, que viene de una mala campaña y con muchos golpes. Cuando estás en un club popular, muy grande, si te va bien te lo hacen notar pero cuando te va mal también… entonces encontramos un plantel en una difícil situación.

Nuestra idea, en este proceso, es apuntar al grupo humano. Después de un año en el que tuvimos un paso por Morón y otro muy corto por Atlanta, y estuvimos varios meses sin trabajar, nos replanteamos cosas y fuimos viendo en qué podíamos cambiar… Para obtener diferentes resultados, tenés que cambiar; si hacés siempre lo mismo, vas a conseguir lo mismo. Así es que decidimos empezar a enfocarnos más en el grupo humano, en el compañerismo, no tanto buscar eso como “la característica principal del jugador que nosotros necesitamos para que explote por la banda y que sea rápido”…

Ahora priorizamos el grupo; tal vez un jugador te puede dar un poco menos en cuanto a lo físico, pero te suma en lo grupal, suma cuando juega pero también cuando va al banco y hasta cuando tiene que mirar a sus compañeros desde la platea. Queremos formar una buena base, un buen grupo; a partir de entonces formar sí un buen equipo, pero cambiamos nuestras prioridades como cuerpo técnico.

Tenemos jugadores grandes como el “Gurí” García, que volvió de Belgrano de Córdoba después de lograr el ascenso a Primera; “Pipi” García, otro jugador con mucho recorrido; se contrató a Pablo Lamberti, el 5 de Platense que ahora estaba en Quilmes; quedó el “Mono” Martínez, que es el arquero… Quedó un grupo de jerarquía, jugadores que ya conocen la categoría y ya conocen al club. Suponemos que eso nos favorecerá mucho porque hoy los directores técnicos ya no tienen más tiempo para trabajar de la manera que quisieran; eso ya ha quedado claro con muchos ejemplos.

Te dan dos, tres o cuatro fechas, y si no te va bien, te echan. Nosotros sufrimos eso en carne propia. Se le exige mucho al director técnico. Muchas veces apostamos a grupos mixtos, a combinar chicos de inferiores con refuerzos y nos ha pasado en algunos clubes que llevamos jugadores destacados en categorías como la B Metropolitana, y cuando los subís a una categoría superior, les cuesta. Además, nos ha tocado dirigir en clubes con muchos socios y convocatoria, clubes grandes, y a esos jugadores que ascendemos les lleva tres, cuatro y hasta cinco partidos soltarse y afianzarse en cancha, ante tanta gente. Cuando esos refuerzos se adaptaron, se afianzaron, y pudimos ensamblar a los chicos de inferiores con los que ya estaban en el equipo, nos quedamos sin trabajo porque echaron al técnico.

Hoy priorizamos el grupo humano, jugadores que conozcan el club, decidimos traer jugadores de experiencia, con “treinta y pico” de años y trescientos partidos “en el lomo” para que no les pese la camiseta. Si un jugador no rinde, el primer fusible es el técnico, y es muy triste estar sin trabajo, a la espera de un llamado. Por eso creo que fuimos inteligentes, cambiamos el chip, pensamos en qué le erramos y tratamos de hacer algo distinto en busca de buenos resultados, distintos a los que nos dieron en este 2022. Si bien este año dirigimos en dos clubes distintos, estuvimos mucho tiempo sin trabajar.

Esperemos que el 2023 sea distinto porque lo que uno quiere es trabajar, eso te dignifica, es lo más lindo que hay… Me levanto a las 5 y media de la mañana y me voy contento a armar los trabajos, aunque haga frío o calor, eso no me importa. Es como respirar.

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