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A cuidarnos, que a descuido se lo llevaron enfermo

Sardiña que superó el COVID, clama porque nos ayudemos ayudando a los médicos.

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Al tiempo que insta a que “nos cuidemos”, ya que con el covid “no se jode”, realiza una enfática puesta en valor de los trabajadores que conforman el sistema de Salud de Bolívar, por la atención que le brindaron durante los veinte días en que cursó la enfermedad, y por su labor en el momento más crítico de la pandemia en Bolívar, con el hospital al borde del colapso y el cansancio físico y mental de más de un año en la trinchera sanitaria. “Están haciendo un esfuerzo conmovedor”, subrayó. Adalberto Sardiña superó el covid, no sin algunas noches de angustia, pero desde su lugar de recuperado hoy convoca a la sociedad a apelar a todas sus reservas de empatía y de responsabilidad cívica para salir adelante, y que del brazo de la vacuna en 2022 vuelva a salir el sol.

En la tarde del sábado 10 de abril, Sardiña sintió molestias que podrían ser compatibles con una faringitis. Una tos seca, sin mucosidad, mucha carraspera. “Me llamó la atención, hace años que no padezco ese tipo de sintomatologías”, señaló en entrevista con este diario el ex concejal, que desde hace años está al frente de Zoovac, un laboratorio privado con sede en Bolívar que fabrica vacunas para animales. El domingo 11 se comunicó con el municipio, el lunes a la mañana lo hisoparon y por la tarde le dieron el resultado: positivo de covid. A esa altura no padecía fiebre, dolor de cabeza ni de articulaciones, pérdida de gusto ni de olfato ni cansancio corporal, los síntomas más comunes que reportan los contagiados.

Cristian Amaral es el médico que le fue asignado por la comuna para el seguimiento de su proceso de recuperación, al que el también ex jefe de Personal municipal agradece con ímpetu, por su ocupación y precisión. Afrontó ese período en su casa, prácticamente sin síntomas. Se aplicaba un spray nasal y tomaba un medicamento básico para combatir la tos, lo que le recetaron. Su saturación de oxígeno arrojaba un valor bajo pero que podría considerarse normal, se la medía cada jornada. Hasta que la noche del domingo 18 su temperatura subió mucho, hasta los 38.5 grados. Ese día se contactó con su médico, que le había indicado que acudiera al hospital para una evaluación presencial si eso sucedía. Amaral le había advertido que entre el octavo y el décimo día desde detectada la enfermedad, es común que se produzca “una descarga muy alta del virus. Y eso fue lo que pasó conmigo”, puntualizó el médico veterinario. El examen de los parámetros sanguíneos fue óptimo, “pero cuando me auscultaron, advirtieron una pequeña insuficiencia respiratoria. Aconsejaron entonces una tomografía, que marcó una leve pulmonía. A partir de ahí, en parte el tratamiento continuó, y en parte se intensificó: me agregaron corticoides y otro spray”. 

El lunes por la noche, la novena jornada desde su diagnóstico positivo, volvió a tener fiebre alta. “Los siguientes días de la semana ya no, y hace cuatro días -el jueves pasado- me hicieron una evaluación en el hospital”, que derivó en su alta médica.

Lo que se ve en el hospital es “terrible, terrible”

No padeciste trastornos tan severos como otros vecinos que han sufrido esta enfermedad, pero en tu cuenta de Facebook realizaste estos días una fuerte apelación a cuidarnos más que nunca, en momentos en que también hay gente que no lo hace, porque no le importa, cree que no va a pasarle, se hartó, desconfía de las vacunas o directamente niega la pandemia.

– Mirá, con esto no se jode; Bolívar tiene una alta tasa de contagios. Más allá de la política, ni me interesan hoy ciertos debates que hay, creo que la política está atrapada en su propia trampa. Acá cada ciudadano tiene que ser muy responsable, hay cuatro o cinco medidas básicas y simples que deben respetarse y cumplirse. Con esto no se jode, yo vi el esfuerzo de las enfermeras, las mucamas. No estuve internado en el hospital, sino realizándome estudios durante algunas horas, pero te puedo asegurar que es muy duro lo que se ve ahí: gente ahogada, sufriendo. Este virus tiene un comportamiento errático, complejo, con un tiempo de incubación que también varía. Depende de la inmunidad del receptor, de la descarga viral, de cómo cada quién puede resistir y de la agresividad del virus. Pero es complicado, es un virus que se va al sistema respiratorio.

Marcás algo que todo aquel que ha pasado estos días por el hospital, lo señala: lo que se ve allí es muy doloroso. Muchos vecinos sufriendo, un cuadro general de desesperación y angustia.

– Es terrible, terrible. Simplemente basta para comprobarlo darse una vuelta por ahí. El equipo de Salud está haciendo un esfuerzo conmovedor, con el nosocomio saturado. Yo agradezco la primera evaluación, que me la hace el doctor Mario Zamora, porque fue preciso en el diagnóstico. Y por supuesto a Cristian Amaral, que me hizo el seguimiento. Es clave realizar un buen diagnóstico, ser preciso para elegir el tratamiento.

Sardiña siempre fue radical y defendió desde diversos cargos públicos, y durante muchos años, los colores e ideario del centenario partido. Sin embargo, en esta hora crítica no ha tenido ambages en elogiar al equipo de Salud municipal, e indirectamente al gobierno peronista que lo conduce y coordina. “Yo digo lo que siento, hasta me han dicho que no exprese siempre lo que pienso (se ríe). Sentí que respondieron muy bien conmigo, y que en general están respondiendo así, por eso estoy agradecido. En el hospital vi que mucha gente era atendida, gente con oxígeno en el hall de entrada, otros corriendo con el tubo de acá para allá. La situación es muy difícil, están desbordados. Ayudémoslos: la mejor manera es cuidándonos, porque no existe otra”, sentenció el otrora Gigante de los Debates, tal el mote que, por su aguerrido y por momentos arremolinado despliegue como concejal, le regaló Ángel R. Pesce, cronista parlamentario de este diario.

Ya recuperado, a horas de cumplir 67 años y “totalmente retirado” de la política (con una carcajada dice que siempre fue “titular para las críticas y suplente para los elogios”), hoy Adalberto Sardiña espera recibir la primera dosis de su vacuna. “E insisto en que tendremos que seguir cuidándonos mucho, hasta que haya al menos un sesenta por ciento de la población vacunada, porque la solución es la vacuna, más allá de que el virus mutará y esos cambios irán incorporándose” a las medicinas que lo combaten. “Pienso que para 2022 la humanidad logrará controlar a este virus, porque las vacunas son buenas”, remató el veterinario, que siempre ha sido un optimista, a pesar de todo.

Chino Castro

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