EN LA BIBLIOTECA RIVADAVIA. Fue estrenada esta noche la película en homenaje a Juan Carlos Bellomo

Al cumplirse hoy cuatro décadas de la voladura de dos tramos de la ruta 226 para evitar que se inundara el casco urbano bolivarense y del infausto día en que, en medio de esa lucha contra el desborde de las aguas perdió la vida el convecino Juan Carlos Bellomo, ahogado en el Vallimanca, fue estrenada la película Bellomo, el nombre de una epopeya, de Marcelo Pérez con la colaboración directa de Jorge Cabrerizo.

Ocurrió en el auditorio de la Biblioteca Rivadavia, que lució totalmente desbordado de público, al punto que hubo que agregar sillas y aún así seguramente hubo gente que se quedó afuera, en espera de alguna nueva función o de que la obra sea depositada en alguna plataforma digital.

El clima era de emoción y expectativa en el auditorio 'María Barnetche'; el recuerdo flotaba en las miradas y los corazones de los allí presentes, vecinos y vecinas que atravesaron aquél drama por el que fuimos noticia en el país. Con esta proyección, finalizó un día de homenajes oficiales a Bellomo y a aquellas personas devenidas héroes ciudadanos que se hicieron cargo de encabezar una lucha que era de todos, ya que el pueblo y sus autoridades políticas, de los distintos sectores partidarios, se nuclearon en derredor a la figura del intendente Alfredo Carretero, que fue quien tomó la inédita decisión de volar dos tramos de una ruta nacional. Y le tocó a Bellomo, pero le podía haber tocado la desgracia de resignar su vida a cualquiera de los que estuvieron allí en representación del colectivo, bancando una decisión resistida en la región y la provincia a la que hubo que ponerle el cuerpo.

Estuvieron presentes en la sala ex funcionarios de aquellos tiempos, con Alfredo Eulogio Carretero en primera fila; concejales y concejalas de hoy; representantes del gobierno municipal; referentes de instituciones, y público en general.

En principio, hicieron uso de la palabra Marcelo Pérez, el ideólogo y director de la obra, y, antes, Jorge Cabrerizo, quien contribuyó a recopilar el material de archivo para armar la peli y a registrar los testimonios de aquellos protagonistas que se brindaron a volver a hablar, y públicamente, de días signados por la desgracia que seguramente los marcaron para siempre. Bellomo, el nombre de una epopeya, se nutre de recortes pertenecientes a un documental que en su momento elaboró el equipo de la televisión local, mediante la cámara de Fernando Valdez, y emitió por el viejo Canal 3, y de la palabra de los luchadores del '85 recabada hoy por los realizadores del filme. Precisamente Valdez fue una figura clave en este andamiaje artístico, porque ayudó a reunir aquellas imágenes a través de una suerte de pesquisa para dar con el material.

Después, se dio lugar a un oportuno condimento artístico, cual fue la interpretación de la zamba Aunque nos arrastren las aguas, compuesta para Bellomo por Marcelo Pérez, interpretada por Maia Acosta en piano y voz y su padre Julio César en guitarra, acompañados por la danza libre, a tono con la atmósfera que planteaba la canción, de María Verónica Acosta.

Después, se apagaron las luces y se pasó a lo que primordialmente todos y todas fueron a hacer allí: ver la película.