ESPECTÁCULOS. "Si uno no sabe traducir lo que le pasa al hombre, canta en vano"

Con De Caos y Cosmos, Alejandro Ávila vuelve a Casa Negra. El cantante, guitarrista y compositor se presentará en Las Heras 250 el viernes desde las 21.30, convidándonos a "flotar amorosamente sobre la tristeza y las cosas ordinarias". Antes, coordinará un taller de canciones en el mismo lugar.

"Las cosas ordinarias no llegan a un lugar tan hondo como lo hace el arte"

¿De qué va De Caos y Cosmos, qué esconde ese título?

Alejandro Ávila: - Eric Clapton, Mark Knopler, Atahualpa Yupanqui, Armando Tejada Gómez, Sting, Simón Díaz, Los Rolling Stones, Tabaré Cardozo, el 'Negro' Rada, canciones también compuestas por mí. Y será un viaje, la música es un viaje. Montaremos el escenario 'en redondo', la gente estará a mi alrededor y yo voy a caminar cantando, diciendo las coplas, contando algo. La poesía es universal, no sólo tiene que ver con el que canta sino con el que te está mirando, con el que recibe la copla.

Toda gente manca y muda elegiste.

- Y, mirá, es la gente que me inspiró a tocar. Los músicos empezamos a hablar, 'y yo, porque mi música, porque yo, que toco lo guitarra, y yo, con mi repertorio'. Pero el músico no es ningún genio, la genia es la música. Es la música, hermano. Y esta gente nos ha inspirado a alcanzar eso tan mágico que es la belleza musical que ha compuesto. Escuchar a Mark Knopler, a Eric Clapton... No sólo es el talento de ellos, sino que ha sido gente receptiva, porque si uno deja de ser receptivo no va a poder transmitir, y esa gente ha transmitido a generaciones.

Y han transmitido una manera de ver el mundo y la vida, con su arte te proponen un modo de mirar, no son sólo individuos que cantan y tocan una guitarra.

- ¡Claro! Si el artista, como decía Yupanqui, no traduce el lugar donde vive, estás en el horno, ¿a quién le cantás, a la nada? Nuestro cuerpo, nuestro sentir, es como una casa, a la que llegan huéspedes: llega la tristeza, llegan las emociones, la angustia, la preocupación, la alegría, el dolor. Si uno no sabe traducir eso que al hombre le pasa, es cantar en vano.

La 'milanga' espiritual

Hablando de traducir, y también de cosmos, eje conceptual de tu recital: Kurt Cobain decía que el músico es una antena, que no es inventor sino un traductor de algo que ya está hecho, que está en el aire, y lo que hace es pasar por él para llegar a los demás, al pueblo. Y Spinetta y Charly han dicho cosas similares.

- Claro que es así, muy bien decís, es una antena, y además podríamos llamarlo una energía, una fuerza, es parte del misterio, que uno como instrumento, que en este caso me ha tocado a mí, conduce ese 'flotar amorosamente sobre la tristeza', porque es flotar sobre las cosas ordinarias. Las cosas ordinarias no llegan a un lugar tan hondo como lo hace el arte. Entonces esa gente, Spinetta, Zitarrosa, Atahualpa, Armando Tejada Gómez, cuando vos escuchás a ese tipo de cantores, entendés que la vida es posibilidad. Porque la vida está llena de posibilidades, y la música y estos cantores son la esperanza de ampliar la mirada, de saber que el mundo es lo que somos. Si vos estás sumido en lo ordinario, seguramente no se te abrirán miles de posibilidades o de puertas que tienen que ver con el hombre agradecido. Cuando vas a un concierto de gente así, salís agradecido, porque los tipos se convierten en una milanesa, en alimento espiritual: te llevan de la mano con tu madre, con tus amigos, con la gente que ya no está; le cantan a tu abuela o a tus padres, que ya no los tenés, y vos salís con la mirada amplia, con ganas de vivir la vida.

"El músico no es ningún genio, la genia es la música"

Las entradas para el concierto tienen un valor de 10 mil pesos, y, como en cada velada en Casa Negra, se podrá cenar en el sitio, los habituales y ricos platos dulces y salados elaborados por Leandro Curutchet y Celia González.

Un taller musical para "agitar la energía de la alegría"

A Fábrica de Canciones, un ensamble de voces e instrumentos que se amasará in situ, convoca para el viernes que viene en Casa Negra el trovador Alejandro Ávila, que vuelve 'a lo de Celia y Leo' tras su incursión de febrero pasado junto al bandoneonista Rubén Exertier con el espectáculo Rock con chicarrón. (Meses más tarde, regresó al lugar para un taller similar al que brindará este viernes.)

El espacio se abrirá a las 18.30 horas, en Las Heras 250. El costo para participar es de 5 mil pesos. A los interesados se les pide que reserven su lugar a través del 11-59320946.

"Es para aquella persona que le gusta cantar, o que tiene un instrumento, una guitarra en un ropero. Es agitar la energía de la alegría, lo definiría así. No interesa que uno no sepa cantar o que lo haga más o menos, el asunto es saber que cuando cantamos grupalmente o con otros, nos transformamos. No es un taller para aprender académicamente, pero yo creo que todo el mundo podría darse cuenta de que es capaz de transformar la energía y transformarse a sí cuando empieza a contar algo, viste que todos tenemos cosas metidas adentro que cuando las comenzás a contar te liberás, de algún modo de modificás", explicó, didácticamente, quien será el coordinador del espacio, vía telefónica con este diario.

"Contar algo, viene por ahí. Ya sea con un tono de voz grave, elevado, o desafinado, ¿por qué no? Porque sucede que en el taller, y lo he comprobado, aprendemos a afinarnos. No es casualidad que en una cancha hay 40 mil personas cuyos cantos no se escuchan desafinados. Por supuesto que si sos solista tenés que tener con qué, tenés que cantar bien. Pero nuestro taller se trata de eso: tiramos una canción para aprender, para cantar entre todos, y luego vemos cómo salimos de ahí, cómo nos sentimos tras pasar por nuestra Fábrica de Canciones", completó el músico.