8 de septiembre de 2025
Sí, alguna vez César Pacho, Nicolás Morán y Emilia Palomino caminaron juntos. Hicieron presidente del comité UCR a Sergio Croce; pero ante la elección de 2023 no pudieron ponerse de acuerdo y el movimiento que integraron, se desmembró.
por
Ángel Pesce
A la salida de la pandemia el comité de la Unión Cívica Radical se debatía en una nueva interna partidaria entre errequistas y moranistas, con el agregado de la presencia de César Pacho, vuelto a vivir a Bolívar y con intenciones de participar. Aquella elección de 2021 en la que Daniel Salazar se impuso a Sergio Croce y a Julio Ruiz hizo reflexionar a algunos, que si se juntaban quizás lograban un objetivos que por separado parecía imposible. Fue así que tres de las más jóvenes caras que por ese momento deambulaban los pasillos de comité crearon Radicales en Movimiento: Emilia Palomino, Nicolás Morán y César Pacho.
Juntos, entre otras cosas, organizaron el festejo del Día del Niño en 2022 en la plaza "Simón Bolívar" del Barrio Casariego, y juntos trabajaron para que en ese 2022 Sergio Croce llegara a la presidencia del comité, venciendo en la elección interna a Guadalupe González. Era una aparición promisoria. Si bien los "viejos" José Gabriel Erreca y Juan Carlos Morán observaban de reojo, los jóvenes hacían pata ancha. Aunque es cierto que en alguna ocasión, alguno de ellos habló de "jubilación" y eso mucho no gustó en parte del trío "juvenil".
Los meses avanzaron, Sergio Croce como presidente del comité tenía la misión de encaminar todo hacia la unidad del partido de cara a las elecciones ejecutivas de 2023 pero se le hizo cuesta arriba. Era lógico que todos iban a querer jugar, embalentonados por la situación, y si bien el radicalismo fue cauto a la hora de habilitar listas para las PASO, el Pro no escatimó en gastos y puso a disposición de quien quisiera participar las listas que tuvieran ganas de integrar. Fue así que la UCR avaló la pre candidatura de Juan Carlos Morán, y el Pro subió al ring desde distintos sectores a Nicolás Morán, César Pacho, Ariel Alomar y Marcelo Salamanco.
Cabe aclarar que Emilia Palomino también se subió a la contienda; pero se bajó a poco andar en pos de "la unidad del partido", que claramente no se iba a dar con tantos pedacitos desperdigados ya en ese entonces. Fueron a las urnas dos de los Radicales en Movimiento, que ya no eran un grupo tan homogéneo como el que se había visto en el pasado: Nicolás Morán y César Pacho. El nacido en Ibarra fue segundo de Juan Carlos Morán en la PASO de aquel agosto 2023 y el sobrino de Juan Carlos terminó tercero. Buena elección para ambos, pese a la segunda y tercera posición.
De cara a las generales empezaron los problemas, que luego se agravarían más todavía. Pacho marcó de antemano sus diferencias de criterio con Juan Carlos Morán, surgidas quizás en aquella interna de tres en la que el ibarrense llevaba a Julio Ruiz como cabeza de lista para el comité. Tuvieron un feo cruce en la puerta de la Escuela N° 1 por un votante que uno llevó y el otro entró. La cosa no quedó bien, y tras la PASO Pacho salió abiertamente a decir que no trabajaría para Morán. Hubo un episodio jamás contado hasta ahora, en el buffet del Hotel San Carlos, donde algunos testigos vieron cómo casi se van a las manos. No había retorno.
Nicolás tampoco fue el que más caminó para la campaña de su tío, y Juan Carlos, que pensó que la ganaba tras la diferencia que había sacado en la PASO, tras perder la general hizo público su descontento con Pacho y Nico, a quienes responsablizó por su derrota. Es más, desde el moranismo salieron a pedir la expulsión de Pacho de la UCR, con notas al comité Provincia incluidas.
A partir de ahí cada uno de los Radicales en Movimiento comenzó a caminar por senderos diferentes. Nicolás Morán se acercó al Pro, con el que ya había estado coqueteando en el pasado, y de la mano de Pity Quibus se arrimó a Rodríguez Larreta. Pacho aprovechó la llegada de su amigo Ramiro Egüen a la intendencia de 25 de Mayo para ir a ayudarlo semanalmente en el armado que el veinticinqueño estaba haciendo de la gestión de la que todavía tiene dos años por delante.
Emilia Palomino decidió seguir dentro del comité, sin demasiados episodios grandilocuentes y de a poquito ir ganándose la chance de ser la candidata presidente, la segunda de la historia, después de María Edith Duverni. Pacho, al que pidieron expulsar de la UCR, cruzó de vereda y abrazó La Libertad Avanza pensando que allí iba a tener más chances de llegar a ser concejal que si seguía dentro de un partido que lo trataba de traidor. Nico escuchó varias ofertas, habló con todos pero terminó cerrando con los Pasaglia y consiguió la boleta corta de Hechos con la que ayer hizo una elección notable.
No era mala la idea de los Radicales en Movimiento, quizás faltó quien los cobijara, los guiara e intentara lograr que se acomodaran cada uno en su lugar para poder obtener resultados juntos. Con las cartas vistas, el resultado de ayer es evidente: si se suman los votos que sacaron encabezando cada uno su lista los que hace apenas 3 años marchaban juntos, la diferencia con la lista que encabezó Canepare es notable.
Eso que pudo ser, no fue, quizás en el futuro haya alguna chance de algo o no, no sabemos. Lo cierto es que tan equivocados no estaban, viendo la cantidad de votos que por separado lograron conseguir.
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