ACTIVIDADES. Del trauma a la palabra: Francisca Chávez y el valor de concientizar

El pasado martes 10 de junio, en el marco del día nacional de la seguridad vial, se desarrollaron tres jornadas en el Cine Avenida denominadas "Vos tenés la llave", impulsadas por la Municipalidad junto con el Juzgado de Faltas.

Las actividades, que convocaron más de 600 personas, se desarrollaron en tres turnos: a las 10 y a las 14 horas, dirigidas a estudiantes de escuelas secundarias y a las 19 horas abierta a toda la comunidad. La propuesta tuvo como eje central generar conciencia sobre las consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol, hecho penado por ley.

La oradora e impulsora de estas charlas fue Francisca Chávez, quien en enero de 2011 estuvo involucrada en un siniestro vial en la Ruta 40, precisamente en El Bolsón, donde fallecieron tres chicos: Juan Enrique Schott, Eugenio Tetriakov y Nehuen Marino. Por tal hecho, ella cumplió una condena en prisión y luego de haber sido perdonada por los padres de las víctimas, narra su historia para que otros no cometan el mismo error.

¿Qué te motivó a dar charlas luego de lo que viviste?

Entré en rehabilitación a los 28, cuando llevaba más de un año limpio y sobrio, luchaba contra el alcohol y las drogas, no quería volver a recaer. Entonces hablé con mi padrino de narcóticos anónimos, manifestando mi inquietud de dar charlas y fue él quien me consiguió una escuela secundaria en El Bolsón.

¿Sos de El Bolsón? Porque el siniestro vial fue ahí...

Soy de Córdoba, a los 20 años me fui a vivir a El Bolsón. En el momento del hecho yo vivía a 12 kilómetros de la ciudad, vendía artesanías y ese día, el 25/01/2011 había estado en la feria bebiendo alcohol, escabiando. Emprendí la vuelta a casa con mi pareja y sus dos hijos, pero no me acuerdo nada. Según el peritaje, yo iba en tercera a fondo, de eso no me acuerdo. Sólo recuerdo el sonido del auto cuando impactó, choqué a 100 km/h.

¿Ese ruido aun resuena en tu cabeza?

Sí, tremendo. No puedo ir a más de 60 km/h en un auto, me lleva un remis y tiemblo. No manejo porque me inhabilitaron por 10 años. La inhabilitación comenzó cuando terminó mi pena de prisión y eso fue en octubre del 2015, recién este año puedo sacar la licencia.

¿Tuviste acompañamiento en este proceso?

Busqué acompañamiento, el grupo de narcóticos anónimos fue genial. También hice muchísima terapia, porque el estrés post traumático hace que te acostumbres a vivir con eso. En esa búsqueda encontré la técnica EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares) y ahí supe que el nudo en la panza que tuve toda la vida, dejó de estar.

La mitad de mi charla es para explicarles a las víctimas que está bien que se sientan mal, que perdonar es un proceso, no es voluntario. La persona que comete el hecho debe cumplir cuatro pautas: reconocer su error, pedir disculpas, realizar una acción reparadora y que eso se sostenga en el tiempo.

¿Qué sentís cuando hablás con Enrique y Cristina, los papás de esos chicos?

Siempre estuve a disposición de ellos, en el juicio les escribí una carta pidiéndoles perdón, pero era todo muy reciente. Enrique y Cristina fueron quienes impulsaron la jornada sin alcohol en Bolsón y fue en una de esas que escuché a Enrique decir "a mi hijo lo mató el alcohol" y no dijo Francisca Chavez como siempre decía.

Luego, le pidieron a mi padrino 'Lucho' hablar conmigo e imaginé lo peor. Fui a charlar con ellos imaginando el peor final. Lloré todo. Me dijeron que me perdonaban y no les creí, pero porque yo no podía aceptarlo. Sólo los veía cuando iban a El Bolsón y yo temblaba, era muy incómodo.

En tu charla se proyectó un video en el que ellos dan testimonio y pensaba en la fortaleza de esos papás...

Sí, fue pasando el tiempo y seguí haciendo las cosas bien. Hace dos años me pidieron representar al grupo JEN (Juan, Eugenio y Nehuen, nombre de los fallecidos) en un congreso en La Pampa porque ellos no podían asistir y Silvia González (también oradora en las jornadas) de Estrella Amarillas les había pedido mi contacto.

Fui pensando en que me iban a linchar, aunque sabía que a los que estaban ahí no les había hecho nada. Silvia se me acercó, me tomó la mano y me dijo: "está todo bien", hablé 45 minutos tomada de su mano.

Al finalizar esa jornada, supe que de las 60 o 100 víctimas que habían asistido ningún victimario había estado preso. Es decir, Enrique y Cristina eran los únicos en haber logrado meter presa a la persona que les mató a su familiar.

Entiendo que el vínculo con la Fundación Estrellas Amarillas nace ahí, ¿cómo es trabajar con ellas?

Yo las amo, desde 2023 trabajo con ellas. Tener a Silvia, la presidente de la ONG, agarrada de la mano en esa primera charla fue algo que no imaginé que podía pasar. Ella es una guerrera indestructible, le duele también. Su hijo Sacha Viguera, de 7 años, murió por culpa de una persona que conducía alcoholizada, en La Pampa.

¿Crees que falta educación vial?

Sí, desde el jardín. Lo dice la ley. Es como todo, si no se habla, duele. Es difícil de adulto decir "fui irresponsable". Haber matado a alguien te deja las mismas secuelas que haber ido a la guerra. El alcoholismo, sumado a los traumas, te lleva a tomar malas decisiones.

¿Cómo fue tu experiencia en Bolívar con estas tres jornadas?

Maravillosa. Asistieron más de 600 personas a las charlas, quedé sorprendida. También agradezco la coordinación de todas las áreas y la atención que recibimos junto a Silvia. En general doy charlas en los colegios y acá, además de eso, también conversé con la comunidad. Sé que a la última asistieron familiares de víctimas de accidentes viales.

Por último, tenés un libro ¿de qué trata y cuándo lo escribiste?

Mi libro se llama "Del trauma a la poesía", lo escribí el año pasado en una semana. Cuando hice la terapia EEMR se me destrabaron un montón de cosas y fue escuchando a Facundo Cabral cuando mi cabeza hizo un click y estuve una semana hablando en rimas, literal. Un amigo me aconsejó escribir, porque yo hablaba todo en rimas y enviabas audios que nadie escuchaba, así fue que el 5 de mayo del año pasado lo empecé. De todas maneras, tengo un blog y @mundotraumado es mi canal de Youtube. El libro tiene 38 poemas en 120 páginas, traté de escribir sobre cada cosa que me dolía, fue como una salida de un laberinto. Estoy trabajando en dos libros más, lo hago todo a pulmón.