TEATRO. Una de amores y desamores en un marco de violencia social patriarcal

El desolvido está basado en una historia real vivida en 1984 por el autor del texto, Duilio Lanzoni. Amores y desamores enmarcados en la violencia social patriarcal de principios de los años ochenta, "que tiene un correlato con el presente", indicó a este diario el director de la puesta de Artecon. Una historia particular de su vida cuyos ecos "resonarán en los espectadores", llevando a cada uno a su lugar.

¿Qué es El Desolvido (Hilachitas de una historia)?
Lanzoni: - Es una historia basada en una historia real, que como tal se usa para contar algo yendo desde lo particular a lo general. Historias de amores, de desamores, pero más que nada de todo lo que está en torno a la violencia social patriarcal, signada en una época, comienzo de los años ochenta, pero que tiene un correlato con el presente. Han cambiado algunas formalidades, pero los fondos de la historia que narro son más o menos lo mismo. La escribí entre diciembre y enero, y comenzamos a ensayarla a fines de febrero.

Protagonizan este espectáculo Carolina Castillo, Elbio Fabián Sarnari, Ángela Rivas, Sol Gutiérrez, Duilio Lanzoni y Stefanía Fiore. (Fiore y Rivas son debutantes). La iluminación de El desolvido está en manos de Diego Lanzoni; el sonido, de Marina Hernández y Andrés Solari; los apuntes escenográficos, a cargo de Antonella Vallone, la asistencia de dirección y producción corren por cuenta de Patricia Giles; la puesta en escena y dirección, de Duilio Lanzoni; el diseño y la realización de vestuario corresponden a Lucia Sarnari; la realización escenográfica, a Candela Vallone, 'Toti' Montoya y Juan Manuel Vallone; el diseño gráfico a Ezequiel Ochoa.

La obra incluye textos de Neruda, Shakespeare, Silvio Rodríguez y el poema Sonido, de Pablo Flores.

Aunque todo lo que escribís tiene que ver con vos, se me ocurre que esta obra tiene más directamente que ver.
- Siempre lo que uno escribe tiene que ver con uno. Es una historia particular de mi vida que decidí poner a jugar públicamente por esto que te decía, porque pintando la aldea se pinta el mundo. Y me pareció que era un buen momento, por qué lo es está en el ámbito de lo privado. El asunto es que creí que era un buen momento para compartirla, porque insisto: no me puedo quedar en el hecho de que la historia me pertenece, es una historia de vida y algo que pasó, pero al contarla hay ecos que resonarán en los espectadores que llevarán a cada uno a su lugar. Cuando uno dice 'mi casa', las dos palabras son iguales para todos, pero cada uno la significa de distinta manera, y esto es lo que tratamos de hacer con esta obra.

La casa puede ser el mundo también.
- Exacto, sí. Cada uno le da el sentido que quiere a esto. Había un francés que es un poco el inspirador de Derrida, Bachelard, que hablaba de la escritura del desastre: escribir sobre el desastre implica poner en palabras conceptos que no van a ser puestos en palabras; implica escribir sobre la verdad sabiendo que no se va a llegar a la verdad. Eso es lo que tiene dando vueltas la escritura de El desolvido, es decir escribir sobre un desastre sabiendo que no se puede escribir sobre un desastre, porque cada cual lo conceptualiza como puede.

Las funciones serán, como ya informamos, los sábados 7 y 14 del corriente, y los domingos 8 y 15, los sábados a las 21.30 y los domingos a las 20, en El Taller (Avellaneda 730) y con entrada general a 5 mil pesos. El viernes, cuando charlamos con Lanzoni a ocho días del debut de esta propuesta teatral, la primera función ya tenía media sala reservada, por lo que el dramaturgo sugie re a los interesados nos demorarse en gestionar su localidad para las siguientes presentaciones, a través del Instagram de Artecon o por intermedio de cualquiera de los integrantes del grupo.

¿Tenías pendiente escribir, contar, la historia que termina dando forma a El desolvido, o este momento del país, acaso del mundo, produjo que se te impusiera?
- No era algo pendiente. Nunca imaginé escribir una obra de teatro sobre ese tema. Por ahí jugó la fecha redonda, en 2024 se cumplieron cuarenta años de aquello que cuento. Pero sobre todo, lo que pasó fue que cuando primariamente cuento esta historia en mi Facebook, empiezo a tener una serie de repercusiones y de comentarios, y de agregados a mi historia original que me hicieron ver que no era algo lineal, sino que estaba imbricada de un montón de pequeños detalles que la convertían en otro tipo de narración. Hubo gente que me sugirió hacerla obra de teatro, y finalmente dimos ese paso de convertirla en una historia espectacular. No era algo pendiente para escribir como teatro, sino una historia de mi vida, que estaba ahí.

La obra está dedicada a la memoria de María Laura Gardón.