23 de mayo de 2025

CALEFACCIÓN

CALEFACCIÓN. Invierno bajo control: cómo usar calefactores de forma segura

Con la llegada de las bajas temperaturas, muchas familias encienden sus calefactores tras varios meses sin uso. La falta de mantenimiento puede derivar en fallas, accidentes o intoxicaciones. Qué tener en cuenta para evitar riesgos.

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por
Facundo Abel

Con el descenso de las temperaturas, el uso de sistemas de calefacción se vuelve una necesidad en los hogares. Entre ellos, los calefactores a gas o eléctricos son los más comunes. Sin embargo, tras varios meses sin funcionar, estos equipos requieren de ciertas precauciones antes de ser encendidos nuevamente.

Durante el verano, es habitual que los calefactores permanezcan apagados por largos períodos. En ese tiempo, pueden acumularse polvo, suciedad o incluso restos orgánicos como plumas, pelos, o nidos de pequeños animales. También pueden sufrir deterioro por la falta de uso, presentando conexiones flojas o sensores que ya no funcionan correctamente.

Uno de los riesgos más importantes vinculados al mal uso de los calefactores es la intoxicación por monóxido de carbono, un gas altamente tóxico, incoloro e inodoro, que puede generarse por una combustión incompleta o deficiente. La acumulación de este gas en ambientes cerrados puede provocar desde síntomas leves como dolores de cabeza o mareos, hasta desmayos o incluso la muerte.


Además, el encendido de un calefactor en mal estado puede generar fugas de gas, cortocircuitos en los artefactos eléctricos o incluso incendios, especialmente si el equipo no fue limpiado ni verificado previamente.

Principales recomendaciones antes del primer uso:

Revisión técnica anual: Se recomienda realizar una revisión del calefactor antes del invierno. Esta tarea debe ser hecha por personal calificado.

Limpieza externa: Es importante quitar el polvo acumulado en las rejillas y salidas de aire.

Ambientes ventilados: Siempre debe garantizarse la ventilación cruzada en los espacios calefaccionados.

Evitar el uso en baños y dormitorios cerrados: Los calefactores a gas no deben utilizarse en lugares donde no haya ventilación permanente.

Instalar detectores de monóxido de carbono: Estos dispositivos emiten una alarma sonora en caso de detectar niveles peligrosos de este gas.

No improvisar calefacción: No se deben usar hornallas, braseros ni estufas no homologadas como fuente de calor.

Cada invierno se registran casos de accidentes domésticos relacionados con la calefacción. En muchos casos, estas situaciones podrían haberse evitado con simples medidas preventivas. Encender un calefactor sin haberlo revisado previamente puede parecer inofensivo, pero implica riesgos concretos para la salud y la seguridad del hogar.

La llegada del frío no debería tomarnos por sorpresa. Preparar los artefactos con tiempo, hacer un mantenimiento adecuado y adoptar hábitos seguros puede marcar la diferencia entre pasar un invierno cómodo o enfrentarse a una situación grave. Prevenir siempre es la mejor decisión.

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