MÚSICA. The Power of Love

Una andanada de clásicos de la era global del pop meloso, que fueron los años ochenta y un poco los noventa, puede ser una receta trillada, pero también resultar refrescante si es traccionada por una cantante con el encanto y el poder de Gia, la frontwomen de Cher, cuarteto que el sábado encendió los corazones en un nuevo capítulo de Casa Negra.

Ante poca gente (una pena, una propuesta así merecía más), la banda desgranó en la primera parte del concierto una serie de clásicos en inglés: entre alguno más (I Just) Died in Your Arms, de los Cutting Crew; Iris (Goo Goo Dolls), y Torn (Natalie Imbruglia, esta es más nueva).

Confines y Colors pertenecen a una banda actual, The Black Pumas, pero maridaron bien con lo que la banda venía tocando; de los Pumas harían una canción más.

Pasarían luego al 'modo castellano', para regalarnos Bolero falaz (Aterciopelados); Signos (Soda); La calle es su lugar (GIT), y no ha parado de llover (Maná). Más un inesperado rubí: Ojalá, del Silvio.

Gia es una cantante de sólida formación que se radicó en Bolívar hace unos pocos años, cuando tenía veintiuno. Su sello es el poder vocal que le permite cantar cualquier cosa que le interese, pero condimentado con una dulzura para comunicar y comunicarse que lleva el armado a un nivel superior. Secundada por un trío de instrumentistas que juntos resultaron ser un relojito, como un Boca de Bianchi (tomá): Nico Basualdo Rey, en guitarra y coros; Javi Díaz Corbera, en batería, y Silvio Álvarez, en bajo y coros. Silvio es el experimentado del grupo, ha integrado varios colectivos musicales en la ciudad, desde el punk al rock pasando por el pop, pero quizá nunca se lo vio tan cómodo como en Cher.

De regreso al 'modo inglés', atacaron con I Put Spell On You, vieja perla de Screamin' Jay Hawkins compuesta hace mil y una de las piezas más versionadas de la historia, que lució fresca en esta apropiación, y subieron el ritmo con Heart of Glass (Blondie).

Rumbo al puerto de llegada, se dieron/nos dieron el gusto de tocar Alone, de Heart, un tema que Gia ama porque lo cantaba de pibita en Venezuela, con su padre en la guitarra, y que le queda entallado a su poderosa garganta, como para que pueda desplegarse.

Para el final se reservaron una caramelera de bocaditos pop de los años ochenta, tal que parecían Alberto Pereira vendiendo huevos de Pascua. Abrieron el juego con Roxanne (The Police), y desde esa base sagrada nos condujeron hacia Your Love (The Outfield), pero no por la ruta directa sino por el puente que armaron con Beat It (Michael Jackson) y Girls Just Wanna Have to Fun (Cindy Lauper).

Hubo una yapa arriba de varios bises, un último naipe, con Leo Curutchet, el cocinero del lugar, y Hernán Moura, el sonidista, haciendo a tres voces una improvisada versión de un recontra hitazo yanqui de la década del ochenta, uno con mucho na na na na ná.

Lo demás, es decir el morfi y la atención, todo 'chiche' como siempre en Casa Negra, con Delia y Leo llegando a todas casi sin despeinarse.

Fue un recital más y no, porque la atmósfera de camaradería y entusiasmo que se fue hilvanando de la mano de la banda, no se produce siempre (aunque en Casa Negra casi siempre sí).