Política. "Mis únicos adversarios son la desidia y el estancamiento del Partido de Bolívar"

Marcelo Salamanco continúa su derrotero de cara al 13 de agosto, las primarias que determinarán quién es el candidato a intendente de Juntos por el Cambio. En su afán de querer ser, no pierde el tiempo y ha visitado empresas, instituciones, vecinos, localidades, barrios. En un impass de la actividad política que lo ocupa por estos días, habló con LA MAÑANA de este nuevo desafío.

Lograste conformar una lista bastante equilibrada…

- Más que una lista es un equipo de trabajo, esto es más que una propuesta electoral, es la búsqueda de un especio de convivencia para que se formen pactos a nivel comunitario, que va mucho más allá de un proyecto meramente electoralista. Estamos escuchando a los vecinos, hemos caminado Bolívar, los barrios, los pueblos, y la gente nos dice que quieren que los escuchen. Nos encontramos con problemas más simples y problemas más complicados. Si uno va a Barrio Vivanco por la calle Nicolás Rueda, la gente te pide reductores de velocidad por los accidentes que han sufrido. Quieren que el tema del canal a cielo abierto esté solucionado. Y en general la gente se queja del tránsito, del caos vehicular que tenemos, la gente no puede creer que tengamos dos o tres accidentes por día. Y en los pueblos nos dicen “estamos abandonados”, esa es la palabra que más se escucha.

Vos conocés bien esas realidades…

- Las conozco bien porque estoy y hablo con la gente. Hay cuestiones que son inentendibles, en Pirovano no hay un equipo de rayos, si tenés que hacerte una radiografía se toman un remís y se van a Daireaux, que está más a mano. La ONG Proyectar por los Pueblos hizo un esfuerzo terrible junto con la comunidad para comprar un ecógrafo de última generación y hace años que está adentro de una caja sin usarse porque no va ningún profesional que lo maneje. Veíamos en una alcantarilla que había heladeras, televisores, uno puede cuestionar la conducta de algún vecino; pero cuando hay sequía y se pueden limpiar, no son cosas tan complciadas. El otro día una mujer nos decía que en el hospital no tenía agua, ni gas, que le habían pedido que llevara sábanas, son cuestiones básicas. La suciedad que nos dice toda la gente, que no se da también hasta en la planta urbana. La gente nos plantea que esto es todo una gran desidia, y eso trae estancamiento, que es el que estamos viendo en Bolívar. Hay una crisis muy fuerte a nivel local que no se arregla con un doble comando, incluso desde algún sector de la oposición la oferta es otro doble comando, ¿esas son las alternativas? El único pacto que nos interesa es con la comunidad, con la gente. Todos somos gente de trabajo, gente que no vive de la política. Nosotros somos políticos de vocación, no nos sentimos identificados con los políticos de profesión que quieren perpetuarse en el poder y que van a vivir toda la vida de la política. Tiene que haber un intendente de verdad, con fuerza, con coraje, con decisión, que no haya doble comando, pactos, renunciamientos.

¿Cómo notás la recepción de la gente si la comparamos con tu candidatura de 2007?

- La gente responde muy bien, están ilusionados con la posibilidad de modificar cosas. Nos favorece el hecho no hacer divisiones partidarias, nosotros no miramos de qué partido vienen quienes nos acompañan, tenemos de todos los espacios políticos, e incluso en la lista incorporamos muchos independientes. Hemos tenido reuniones con docentes, con productores, gente del deporte, nadie nos dice que no, la mayoría se sienten cómodos, y se va sumando gente que uno no pensaba que fuera a hacerlo. Más allá de nuestra cuestión de voluntariado, si llegamos al gobierno vamos a tener los mejores equipos técnicos, porque no hay nadie que se niegue a participar.

Es una campaña que hay que manejar entre algodones, porque el que gane luego va a tener que convocar a los otros 4 que compitieron en la PASO…

- El único adversario que tenemos es la situación actual por la que pasa el Partido de Bolívar de desidia y estancamiento, es la visión del día a día que tenemos y es lo que queremos cambiar y modificar. Hay muchas cosas que se pueden modificar rápido, uno tiene que dar un shock de confianza en poco tiempo. Podemos hablar de 3 ó 4 meses; pero tenemos que generar ese shock de confianza y tenemos con qué hacerlo porque quienes conformamos este espacio somos gente creíble y nuestra vida ha estado al servicio del trabajo. Hay temas que me preocupan como la transparencia de las cuentas públicas. Bolívar está en el anteúltimo escalón en cuanto a las mediciones que se hacen al respecto, por debajo nuestro están sólo los distritos que no brindan ninguna información. Tenemos que lograr estar en el primer grupo, no hay motivos para no ser transparentes. El hermetismo en las cuentas públicas no nos favorece.

En cuanto a salud, se ha hablado mucho de la necesidad de un efector privado que hace ya 15 años que no tenemos…

- Para nosotros el hospital es prioridad absoluta y hay muchísimo por hacer como agilizar los turnos, las consultas diarias, muchos temas de infraestructura, tener la mayor cantidad de consultorios a demanda para ayudar a la guardia y dejarla sólo para la urgencia. Nos gustaría que todo el Hospital esté ediliciamente como el servicio de gastroenterología, que se inauguró hace poco y para lo que la Cooperadora trabajó muchísimo. Vamos a ser lo más amplios posible y acompañaremos cualquier inversión que haya en Bolívar, en todas las áreas de la actividad económica, venga del ámbito privado, sindical o de una prepaga. Y hay un servicio en particular que me interesa tener, y es el de neonatología en el Hospital. A veces se sacan cuentas y por la cantidad de niños que nace en Bolívar dicen que no se justifica el servicio; pero hay que estar en la piel de cada padre cuando nace un bebé de 800 gramos y tenés que salir corriendo a conseguir una derivación. Queremos que haya un servicio que sirva para toda la región, porque de esa manera sí nos darían los números si es lo que buscamos. Y otra de las cosas en las que quiero avanzar, y que desde que era chico lo vengo escuchando, es por qué en los pueblos no podemos elegir al delegado.

Hay una Ordenanza aprobada al respecto…

- Hay una Ordenanza aprobada, es cierto. Quién mejor que los habitantes del pueblo para elegir un delegado, y eso se puede hacer. Celebremos los 40 años de democracia eligiendo a los delegados de los pueblos por sus propios vecinos. No quiero un delegado de un pueblo que sea dócil, débil y que acepte indicaciones del intendente. En cada área del municipio tienen que estar los mejores, que son los que van a cuestionar más; pero uno tiene que estar a la altura.

Mucho se habla de los sueldos, de que mucha gente no se mete porque el salario que percibe en el municipio es más bajo que el que podría ganar en lo privado, y uno entiende que tener a los mejores significa tener que pagarles bien…

- Hay mucha gente que está dispuesta a sacrificar un ingreso, de todas las edades, nos lo dicen todos los días. El mayor obstáculo son las divisiones partidarias, las pertenencias a espacios políticos y demás. Vamos a tener los mejores técnicos.

El salario de los municipales es otro tema…

- Soy defensor a ultranza del empleado municipal, yo trabajo en el municipio y veo que el 90 por ciento de la gente trabaja y lo hace muy bien. Por supuesto que a uno le gustaría ajustar todas las cuestiones para que cada uno rinda al máximo posible y que cada empleado cumpla lo mejor posible, como lo tendremos que hacer nosotros si accedemos a la intendencia.

Mucho se habla de las localidades pero las obras, a las que les llegan, les tardan años…

- Recuerdo que hace no menos de 15 años se prometían las cloacas para Urdampilleta, el agua potable para Hale y el gas para Pirovano. De 2001 para acá ha fracasado la mayoría, por eso la gente vota a los extremos, de derecha o de izquierda. E incluso hay mucha gente que no va a ir a votar. Todo lo que sean necesidades básicas, habrá que sentarse con el próximo gobernador, con próximo presidente o con quien sea e insistir, insistir e insistir porque es gestión, hasta conseguirlo.

Angel Pesce