1 de junio de 2020
Lucía Asín, en pleno aislamiento, suma clases virtuales infantiles desde el mes de junio.
La cuarentena ha puesto a repensar, reinventarse y reorganizarse a la mayoría de los trabajadores y la joven artista Lucía Asín, bailarina y docente, no es la excepción a esta situación. La joven bolivarense, radicada en Buenos Aires desde hace algunos años, donde trabaja como profesora de baile y se desarrolla como artista, dialogó en exclusiva con LA MAÑANA. En el contacto con este medio habló acerca de las clases infantiles que comenzarán en el mes de junio, así como también nos contó como tuvo que reorganizar su año en función de lo que acontece con la pandemia del Covid-19 y el aislamiento social.
Como quien no quiere la cosa, Lucía había comenzado este 2020 definiendo su esencia, conceptualizando su trabajo, englobándolo bajo el nombre ContempoGlitch, enmarcando así un poco su arte, su línea conceptual y su horizonte laboral para el año que comenzaba, sin ver todo lo que este 2020 traería con él. El concepto, según manifestó, nació de una búsqueda personal que acepta y deja de ser a lo imperfecto del error. Lucía explicó que reconciliando las fallas técnicas se reconstruye un nuevo lenguaje de movimiento que combina recursos del contemporáneo, la acrobacia y la expresión corporal, al que ella llama ContempoGlitch.
Cuando comenzó la cuarentena en el mes de marzo, Lucía ya había empezado a trabajar en la obra que año a año presenta en Bolívar (Lucía vive en Buenos Aires y viaja para dictar las clases), para la cual ya había realizado el seminario de audición y dar así la posibilidad de que haya nuevas ingresantes en la propuesta, e incluso ya habían organizado su calendario de ensayos y posibles fechas de presentación de la obra.
Para este año, la idea que tenía en mente Lucía era más de formato individual y no grupal, a diferencia de las presentaciones anteriores; “se me había ocurrido hacer un ciclo de solos en formato de obra, donde incluso los ensayos se iban a disponer de manera distinta, ya que me pareció que el grupo y yo necesitábamos un cambio; todo lo decidí a finales del 2019, sin saber que iba a ocurrir todo esto”, dijo Lucía a LA MAÑANA.
En el contacto con este medio Lucía también contó que dejó de dar clases en el nivel inicial y primario de una escuela en la que trabajaba, para poder tener más tiempo disponible con el fin de poder dar más clases a adolescentes y adultos; logró encontrar un lugar donde poder dar las clases, armó su grupo y a los pocos días comenzó la cuarentena obligatoria. “Esta situación me sorprendió por completo, y mi primera reacción fue dar clases en vivo por Instagram, abiertas a todo el que quiera, pero sinceramente no me hallé con el formato en vivo de tener que esperar que se conecten, me parecía muy despersonalizado y no me gustó la experiencia, entonces decidí esperar a ver qué pasaba, tanto con mis alumnas de Buenos Aires como con las de Bolívar”, explicó.
Con la simpleza que la caracteriza a Lucía, y su honestidad, contó que los primeros días de cuarentena para ella no fueron demasiado felices, sino más bien bastante caóticos, como a la mayoría la ha sucedido, con momentos de incertidumbre y angustia, pero que de a poco esos sentimientos fueron pasando, sobre todo, cuando precisamente en las redes sociales, se encontró con clases abiertas de profesores referentes a nivel mundial, con los que Lucía en algún futuro planeaba viajar para poder concretar esas clases; “de repente me encontré tomando clases en mi casa, con gente con la que toda la vida desee tomar clases, lo cual fue un flash y una motivación muy grande para mí, como artista, bailarina y profesora. Y ahí me dije que yo sí podía hacerlo, y además me sentía sobrecargada de danza, y necesitaba compartir todo esto con mis alumnas, que siempre me hicieron el aguante, y me acompañaron desde que comencé a dar las clases, y sentía que necesitaba compartirlo con ellas”, detalló.
Lo que cambió, como primera medida, es que en vez de ser a través de Instagram, las clases están pautadas y son a través de una plataforma. Al inicio fue Zoom, que le dio poco resultado, con lo cual optó por Google Meet y es la que hasta hoy sigue utilizando junto a sus alumnas.
Otro cambio importante es la metodología de trabajo; han acordado dos clases semanales grupales de entrenamiento, en las que ha unificado a sus alumnas de Bolívar y de Buenos Aires y luego una de ensayo personal con cada una de sus alumnas, sobre todo con las que presenta la obra en Bolívar.
“Para mí es todo un desafío, porque tengo que pensar los ensayos en un espacio reducido, pensar que están ensayando en sus casas, a través de pantallas; tengo que pensar la clase para que abarque todos los niveles de mis alumnas, y adaptarnos al hecho de esto que implica la clase online, con el tema de que muchas veces falla la conexión, hay delay, retrasos con la música, hay desfasajes de movimiento y de música; por eso cada tres clases yo les pido que me envíen un video de la coreo que estamos trabajando, para poder verlas bien enteras a cada una, y poder observar sus movimientos y darles una devolución personal a cada una, y en base a lo que conversamos, ellas pueden seguir avanzando”, relató sobre esta nueva experiencia.
Acerca de la obra que presenta todos los años en Bolívar, explicó que están ensayando, por ahora a través de videos también; ensayan sin fecha ni formato de presentación, dada la incertidumbre que genera la pandemia por Covid-19.
“Está buenísimo esto de los ensayos personalizados, al trabajar de manera individual puedo ver el progreso de cada una, sus búsquedas, que son sumamente diferentes, lo cual nos tiene muy motivadas, a las chicas y a mí, porque es algo totalmente distinto a lo que veníamos trabajando en otras oportunidades”, expresó.
CLASES INFANTILES ON LINE
Durante la cuarentena, recibió mensajes y llamados de familias de muchas de las niñas que eran sus alumnas en la escuela, consultando si estaba dando clases, ya que las niñas estaban en sus hogares, quietas, aisladas en cuarentena y extrañando la danza.
“No tenía pensado dar clases infantiles, pero con todo esto me dije que tal vez es una oportunidad para poder expandirme y generar mi propio espacio, el que antes tenía por medio del colegio donde trabajaba. Me animé y comencé a contactarme con las mamás que me habían mostrado interés, y también decidí extender la propuesta a Bolívar, ya que cuando viajo a dar clases allá es una vez al mes, y consideraba que para infantiles un encuentro mensual no rendía”, explicó Lucía a LA MAÑANA.
Para esta nuevo espacio, pensado para que los más pequeños puedan aprender a moverse potenciando sus destrezas, al que llama “MiniGlithc”, que viene a ser una introducción a su propuesta “ContempoGlitch”, que tiene que ver con conceptos e ideas que representa a través de su estilo y su impronta, Lucía contará con la colaboración de dos de sus alumnas del espacio de adolescentes, Morena Corbera y Valentina Hernández, quienes asistirán a Lucía en las clases infantiles, para que sus alumnas más pequeñas tengan como referentes a chicas más cercanas a su edad, con quienes Lucía ya viene trabajando desde hace un tiempo.
Ya tuvieron una reunión virtual inicial entre alumnas, asistentes y Lucía, en la que acordaron la coreografía con la que trabajarán, por lo que Lucía está muy contenta y entusiasmada, a la vez que muy motivada para avanzar trabajando en este gran desafío.
“A pesar de los contratiempos de la cuarentena, de vivir en un monoambiente, estoy teniendo la posibilidad de hacer cosas que antes no podía, esto de tener dos clases por semana con mis alumnas de Bolívar, y ahora sumando las clases infantiles, y a la vez también estoy tomando las clases que siempre quise tomar, y todo eso desde mi casa, entonces me encuentro muy motivada y movilizada por todo, estoy contenta por eso y no me puedo quejar, porque sigo trabajando, y la verdad es que la estoy pasando muy bien con todo esto, por eso digo que no me puedo quejar, porque sé que hay gente que la está pasando muy mal, es una situación que genera mucha dicotomía”, relató Lucía con profunda sinceridad.
A la vez, se mostró con cierta incertidumbre, en principio por estar lejos de su familia y amigos que viven en Bolívar, a quienes no sabe cuándo volverá a ver, pero también la incertidumbre de estar trabajando en este proyecto al que no le pueden poner forma y fecha definitiva por no saber qué pasará con todo esto.
A pesar de ello, Lucía elige relajar y disfrutar del armado de todo esto que está gestándose, de una forma bastante particular. “Estoy contenta y se lo tengo que agradecer a mis alumnas por el aguante total, a mi novio que me banca todo el día bailando en un monoambiente en casa. Soy consciente de que hay gente que la está pasando muy mal, pero también soy consciente de que yo la estoy pasando muy bien y trato de enfocarme en eso, tengo la suerte de estar en esta situación, y me hago cargo de eso y por eso me lo tomo con responsabilidad. Espero que todo esto termine rápido y podamos vernos y disfrutarnos un poco como éramos antes, por más de que luego de esto no a vamos a ser los mismos”, finalizó Lucía.
Vale aclarar que las inscripciones para las clases siguen abiertas, tanto para Contempo Glithc como para Mini Glitch. Quienes estén interesados pueden contactar a Lucía a través de las redes sociales Instagram (@luasin) o Facebook.
L.G.L.
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