Información General. Una olla para alimentar en la pandemia

Cada sábado, en Dispositivo Integral de Abordaje Territorial (DIAT) realiza una olla popular para dar de comer a familias que lo necesitan, en un contexto de crisis económica que la pandemia del Covid-19 ha profundizado.

Los propios adolescentes que concurren durante el año al espacio de gestión municipal que depende del estado nacional ponen ‘manos a la olla’, junto al personal del Dispositivo, que encabeza la subdirectora a cargo de la dirección, Yamile González, y vecinos que se suman a colaborar. Forman parte de la acción organizaciones sociales y políticas tales como Nuevo Encuentro, el Frente de Todos y Matria, más algunos sindicatos.

La labor se lleva a cabo los sábados, desde la mañana y hasta pasado el mediodía. Hoy, unas treinta familias están recibiendo asistencia, de Vivanco, donde se halla enclavado el DIAT, El Recuerdo, Casariego, María del Carmen y Latino. (En adelante, se orientará el aporte hacia otros sectores de la ciudad). La cantidad varía, la mayor demanda se da los fines de mes, puntualizó Yamile González en declaraciones al diario. Los destinatarios de la colaboración deben pasar por el Dispositivo a retirar su vianda, una persona por familia para cuidar los protocolos de salud a los que dio origen la escalada del coronavirus. 

La olla es los sábados porque de lunes a viernes Desarrollo Social municipal se hace cargo de asistir a estas familias a través de los comedores comunitarios, explicó la trabajadora social.

Se preparan comidas ‘de olla’, ricas en nutrientes y calorías, como guisos, estofados, polenta, pastas con salsas. (El sábado pasado el menú fue el clásico pastel de papas.) La vianda incluye pan, que donan panaderías de la ciudad, y a la familia que lo requiere también se le entrega leche.

Las materias primas se obtienen mediante Desarrollo Social municipal y las donaciones que colectan las organizaciones políticas que forman parte de la movida.

Endeudado internacionalmente y con hiperinflación, el país padecía una fuerte crisis social cuando asumió Fernández, y en ese marco la pandemia pronunció la desigualdades y la desesperación de quienes durante semanas no pudieron salir a trabajar y recién hoy pueden hacerlo, aunque quizá en condiciones ‘no normales’. Estamos hablando de gente que vive ‘al día’, no de profesionales ni de propietarios de comercios y empresas que quizá tengan ‘espalda’ para aguantar un parate económico de algunos meses. Por eso adquiere el carácter de imprescindible una contribución como la del DIAT, que no es la única iniciativa por el estilo que se da cita en la ciudad en esta hora crítica.

Más allá de la dinámica de una pandemia que mantiene sus oscuras tenazas sobre el horizonte del mundo, la olla seguirá vigente al menos durante todo el invierno, adelantó la vicedirectora del Dispositivo.

Chino Castro