16 de abril de 2020
Jorge Ravassi se niega a ser pesimista, pero le cuestahorrores ser optimista. Por esa delicada cornisa camina estos días el experimentado médico, militante político y ex funcionario municipal, que en charla exclusiva con el diario aseveró que la pandemia de coronavirus demuestra que “el capitalismo no sirve”, ya que “es incapaz de ayudar a la gente en situaciones extremas”, pero que aún con este zambombazo el sistema continuará, quizá con cambios tales como una distribución del ingreso menos regresiva y un fortalecimiento del rol de los estados. “Tendrían que haber salvado las vidas, porque los muertos no necesitan dinero”, descerrajó.
¿Estás de acuerdo con las medidas del gobierno nacional contra la pandemia de coronavirus?
-Me parece que no cabían otras. Y ya se ven resultados, más allá de que es una etapa aún temprana de la pandemia en la Argentina. El ritmo de crecimiento de casos es pequeño, y el número de fallecidos, bajo. Me parece que la política de preservar la vida viene siendo exitosa. La gran incógnita es cuánto tiempo más van a tener que prolongarse estas medidas, es la pregunta que se hacen en el mundo.
“PARA QUÉ QUEREMOS RICOS SI NO PONEN UN MANGO”
Parece obvio que entre la economía y la salud, debe priorizarse la salud, porque de nada serviría una economía sin gente. Sin embargo hay gobiernos que, al revés que el argentino, han elegido la economía.
-Sí, con resultados malos. La economía de Estados Unidos, para poner un ejemplo, sufrirá una caída importantísima. En el Reino Unido el comercio mundial ha caído terriblemente, lo dice el FMI, el Financial Times señala explícitamente que hay que tomar medidas de tipo populista. Y no sé si esas medidas de preservar la economía realmente dieron resultados. A despecho de decir sacrificamos una porción de la población pero salvamos la economía, resulta que no han salvado tampoco la economía. No pueden entrar aviones, no pueden entrar barcos, ¿dónde está el comercio mundial? La gente no circula, y en muchos lugares, aunque no se haya declarado la cuarentena, nadie sale porque tiene miedo. Así que economía o salud es una dicotomía falsa. Tendrían que haber salvado las vidas, porque los muertos no necesitan dinero. Acá se han tomado medidas de contención del virus desde el punto de vista epidemiológico para mí acertadas, y simultáneamente mediadas económicas para ayudar a los sectores más necesitados. Falta una tercera pata.
¿Cuál es?
-Gravar las grandes fortunas.
¿Se va a poder hacer?
-Si sale la ley del Congreso… Y si no, para qué queremos ricos, si no son capaces de poner un mango. Ni siquiera han donado nada, no hay una sola noticia de que hayan donado nada. Por lo menos Agnelli, uno de los dueños de la FIAT en Italia, donó ciento cincuenta respiradores. Acá no han donado nada.
En cambio se han dedicado a presionar al gobierno: Paolo Rocca, de Techint, echó mil quinientos trabajadores en el ojo de la pandemia.
-Exactamente. Exactamente. Pero no han donado nada. Coto que habla tanto… nada. Decir bueno, bajaremos los precios, nuestro margen de ganancia. Nada, ni eso. Ni bajaron los márgenes de sus empresas, no hablemos ya de que regalen cosas. Que igual van a perder, porque la economía está parada.
Lo que debería desalentar los pronósticos de que como sociedad seremos mejores, más benevolentes, el día después de esta hecatombe global.
-Acá lo único que se puede lograr, y lo dice el Financial Times, es mejorar la redistribución de la riqueza, y mejorar el rol del estado. Cosa que pasó después de la Segunda Guerra Mundial. Derrotado el fascismo vienen las grandes reformas del estado. Ahí se crea el estado de bienestar, el sistema nacional de salud en Inglaterra, hay reformas del sistema educativo. Lo que se llamó el estado de bienestar, que duró más o menos hasta el ´73. Ya después viene el reflujo neoliberal. Acá vamos a tener que hacer lo mismo.
Esto te está demostrando que el capitalismo no sirve, que es incapaz de ayudar a la gente en situaciones extremas. Esto no es de ahora, ya lo ha relatado en su libro La doctrina de shock Naomi Klein, por ejemplo. Ella habla del Katrina en New Orleans. Destruyó una ciudad y para lo único que sirvió fue para expulsar pobres, hacer operaciones inmobiliarias y privatizar la salud. Todo al revés. Siempre utilizaron la doctrina del shock para imponer políticas neoliberales. Ahora, pienso que este shock pandémico mundial tiene que provocar lo contrario: demostrar que el capitalismo, en todos los países, no es la solución de los verdaderos problemas de la gente. No se ha salvado nadie, incluso parece que la pandemia se hubiera ensañado especialmente con los países más desarrollados. Fíjate Nueva York, ¡la capital del mundo! Una cantidad de muertos por millón altísima. Enterraban en un cementerio veinticinco indigentes por semana y ahora están enterrando veinticinco no indigentes por día, en una isla frente a Brooklyn, directamente en la tierra. Esto es demostrativo de lo que es nuestra sociedad.
Chino Castro
Según Ravassi, la pandemia no activará una revolución, pero sí abrirá un espacio para que la humanidad exija un “capitalismo con rostro humano”. También enfatiza que llegó el momento de “gravar las grandes operaciones financieras”, que las sociedades occidentales “han demostrado que son una farsa”, y que las potencias de Europa podrían haber creado súper hospitales para paliar la crisis, como hizo China, “si no fueran tan agarradas con su dinero”.
¿La demostración de que el capitalismo no sirve para solucionarle los grandes problemas a la gente (ver nota principal) implicará su final, o se reinventará?
-No nonono. No será el final, pero así como los checoslovacos en el ´68 pedían un socialismo con rostro humano, nosotros tenemos que pedir un capitalismo con rostro humano. Acá no habrá una revolución de nada, no están dadas las condiciones. Hay grupos que piden gravar las grandes operaciones financieras, pueda ser que se haga efectivo. Habrá que cambiar las reglas del juego. Las grandes fortunas, que están depositadas en paraísos fiscales, dicen que equivalen al PBI mundial. Es una gran cantidad de dinero inmovilizada, o trabajando para generar más dinero, pero podría solucionar el problema de grandes masas de gente del planeta tierra.
En definitiva esta pandemia ha demostrado que somos todos uno, por más que los estados hayan actuado individualmente. Acá voló por los aires la solidaridad europea, lo dicen los italianos, que reciben ayuda de los chinos y no de sus hermanos europeos. Recibieron de los cubanos y de los chinos, fijate vos. Nosotros estamos recibiendo medicamentos e insumos de China, Estados Unidos insumos de China también. Entonces todas las sociedades occidentales, la OTAN, la Unión Europea, la OEA, están demostrando que son una farsa. En China, en Wuhan, se crearon cuatro hospitales en un día. Mirá si en Europa, con la potencia económica que tienen, no podrían haber hecho lo mismo. Si no fueran tan avaros, tan codiciosos y agarrados con su dinero. En Francia, Italia, España, Alemania (no menciona a Inglaterra porque se fue de la Unión Europea, aclara), que son los países con más casos, podrían haber creado súper hospitales. En cambio en Argentina al presidente lo asesora gente con mucha capacidad, como el ministro Ginés, Pedro Cahn y López, a quienes en el campo de la medicina conocemos bien. Pero la solidaridad mundial no existe, chau.
“El estado es el único organismo que ha demostrado capacidad para actuar en salvaguarda no de los pobres, no de los ricos, sino de la sociedad entera. Por eso las medidas ineludibles del futuro tienen que ser mejorar la redistribución de la riqueza, fortalecer el estado, más salud y educación públicas, y por supuesto control de las transacciones financieras”, enumeró Ravassi. El pediatra, de origen radical pero desde hace años enrolado políticamente en el hoy denominado Frente de Todos, completa con una medida su paquete de lo esencial postpandemia: “Habrá que pensar en mejorar las condiciones de vida climáticas, de los ríos, del agua, de la tierra, en qué hacemos con los agroquímicos, cómo dejar de contaminar para construir un mundo más vivible”.
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