28 de septiembre de 2019
Siete canciones, seis propias (dos en coautoría con Nico Falcoff) y una versión de los mexicanos Ampersan, más un epílogo, componen Caminar preguntando, el primer disco de la bolivarense Guillermina Acosta, quien desde su hogar cordobés en Traslasierra encaró la aventura con una gran ayudita de sus amigos colegas de La Insurgencia del Caracol, banda que integra, y el bolivarense Franco Exertier Ramos.
La obra es producto de haber ganado un premio en un certamen del Fondo Nacional de las Artes para músicos nativos o radicados en el valle de Traslasierra. Lo obtuvieron el sello Los años luz y el subsello que fundó el guitarrista Nico Falcoff para difundir sus proyectos.
El disco fue dado a conocer por la artista estos días en Spotify y otras plataformas digitales de audio, y no descarta publicarlo también en formato físico, para satisfacer a los románticos. En YouTube está desordenado, pero Acosta propone una escucha tema por tema de principio a fin, ‘a la antigua’, ya que se trata de una pieza conceptual que convoca y desafía a un viaje. En YouTube puede también verse el primer video, que acompaña a la canción Mazunte (es una playa mexicana). Lo protagonizan los bailarines Verónica Acosta (hermana de Guille) y su compañero, Sergio Marcelo Carretero Del Bueno. Fue rodado en el campo bolivarense de Nelly y ‘Tito’ Carretero, con la cámara de Emiliana Ron.
Su creadora elige decir que Caminar preguntando pertenece al género “canción”, pero si es por etiquetar, encontraremos aires de candombe, de valsecito peruano y por supuesto de zamba, chacarera y gato. Aires “muy aires”, “insinuaciones”, en la definición de la propia artista, entrevistada vía telefónica por este diario. Aunque Latinoamérica constituye el corazón del trabajo, la raíz inconmovible de la que todo proviene, nada se impone con claridad ya que Guille prefiere mezclar y ver qué pasa, o qué nace, lo que muestra un correlato con letras que hablan sin sentenciar de la preservación de nuestro hogar, la madre Tierra, de los grandes interrogantes que nos rigen como especie desde el comienzo de los tiempos, y que el posmodernismo ahoga bajo el imperativo de producir/consumir, de la sensibilidad (y también la inteligencia) de reconocer al otro y de mejorar el viaje de todos a partir del encuentro con uno mismo.
El proyecto se titula Guillermina Acosta Guía, y está conformado por Nico Falcoff, en guitarra, mbira (instrumento africano) y voz; Jorge Estrella, en guitarra, bajo, ukelele y voz (ambos forman parte con Guille de La Insurgencia del Caracol), y la propia Acosta, en voz y percusión. Como invitado “especialísimo”, participó en percusión el bolivarense Franco Exertier Ramos, que viajó especialmente para registrar sus partes a las sierras en donde en 1981 surgió Sumo y hoy Las Pelotas aún poseen su guarida. La grabación del álbum se realizó en el estudio Sonorámica, según lo establecido en el certamen del Fondo de las Artes. Está en San Lorenzo, pegado a Mina Clavero, Córdoba. Su titular es Sebas Ruiz, que ofició como ingeniero técnico.
En Abuelita sagrada y La otra historia, Guille comparte los créditos con Falcoff. Dónde irán tus pasos, Lluvia de luz, Una simple canción y Caminar preguntando son algunas de las piezas propias. A esto hay que sumar la versión de Madre Tierra, del dúo mexicano Ampersan, a cuyos integrantes Acosta y La Insurgencia conocieron en el desierto de Potosí. El epílogo son preguntas existenciales que ruedan sobre un ritmo que urdió el ubicuo Exertier Ramos. Como se ve, a Acosta le interesan más los interrogantes que las certezas.
¿Cuánto importan las letras y en qué momento del proceso de construcción de la canción surgen? ¿En este caso de qué hablan?
-Las letras tienen para mí mucho protagonismo. Tienen que ver con vivencias, aprendizajes de viajes; con experiencias con personas, con plantas y la naturaleza; con el autoconocimiento. Se intenta dar un mensaje, transmitir emociones, sentimientos que abran conciencias. Se propone aprender a mirarnos, a escucharnos. Ya el título tiene que ver con lo aprendido en las comunidades zapatistas, que siempre deja una huella profunda, y con un caminar que se abra al diálogo y a la escucha auténtica, al valor del silencio y a todo lo que uno crece a partir de empatizar con la diferencia. De todo eso hablan las letras, de caminar con una utopía que no es un futuro sino que más que nunca está aquí y ahora. Vivir en presente, más que nunca, es lo que más o menos proponen las letras.
Mientras uno camine hacia la utopía, gana la utopía, porque uno está caminando. El triunfo de la utopía es que haya quien camina tras ella.
-Exactamente. Es el mensaje que nos transmitieron las comunidades indígenas y lo que uno humildemente puede compartir a través de la música. El arte siempre es transformador y nos permite expresarnos.
Letrísticamente, el disco no trae sentencias, como los de Ricardo Iorio, sino más bien inquietudes, disparadores.
-Sí (se ríe; los modos y la voz de Guille son muy similares a los de su hermana y colega Maia Acosta Molfese). Eso propone el concepto en sí de caminar preguntando: vivir haciéndote preguntas, porque no hay nada determinado, dicho ni listo. Todo está en movimiento, en transformación, nosotros mismos estamos metidos en esa metamorfosis que es la vida. A eso los invito a subirse, a caminar preguntando, abiertos a esa transformación, a mirarnos y a fusionarnos entre nosotros.
Caminar preguntando tendría su presentación debut muy pronto, en Madre Verde, un sitio de Traslasierra que posee “una especie de templito, que nos parece muy apropiado para estas canciones”, adelantó la cantante, al tiempo que subrayó que desea “salir a viajar con la música” y dentro de ese marco, “pasar por Bolívar muy pronto, a fines de este año o principios de 2020”. Además, junto a sus cumpas tiene planificado “un viajecito a Uruguay”, completó la menor de las cuatro hermanas Acosta.
La utopía es un viaje de ida. Lo mismo que la pregunta, ya que no importa la respuesta, lo que importa es indagar(se). Preguntando se llega a Roma, que vendría a ser el sentido de la propia vida. Por eso, caminar preguntando, paso a paso y pregunta a pregunta, sin el apuro que impone un alrededor siempre ansioso de resultados y productividad, quizá sea la receta ideal para crecer sin ponerse viejo.
Chino Castro
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